¿Cómo puedes aunar tus rutinas de running y de meditación en una única sesión de 10 minutos?

Con la llegada del otoño también llegan las bajas temperaturas, la disminución de la presión atmosférica, los tonos ocres inundan la naturaleza, etc. Sin embargo, también hay otra cosa que viene con el otoño y que suele obviarse: una pequeña fase depresiva llamada astenia estacional. Para superar esta deprimente etapa, una de las herramientas que nos ayudará a mantener el ánimo y la motivación a raya será el deporte y la liberación de endorfinas... un neurotransmisor que genera sensaciones de bienestar.

Y es que, el deporte es uno de los pilares esenciales de una vida saludable. Al igual que una buena alimentación y un buen descanso, la actividad física reporta grandes beneficios para la salud de las personas que la practican. Además, muchos también empezaron a practicar deporte preocupados no solamente de la salud física, sino también de su salud mental.

Un grupo de científicos de la Universidad de Tsukuba (Japón) han descubierto los grandes beneficios que reporta correr… aunque solamente sea por un breve lapso de tiempo. De hecho, en apenas 10 minutos de carrera a una intensidad moderada pueden aumentar enormemente el flujo sanguíneo. Un aumento que influye directamente sobre los procesos de la corteza prefrontal del cerebro. Lo que puede ser muy beneficioso para la salud mental. Otra ventaja de correr con regularidad es que nos ofrece la posibilidad de aunar esta rutina diaria con la meditación:

¿Cómo meditar mientras corremos?

Recuerda que el objetivo es despejar la mente. Y para eso, no es necesario que alcancemos nuestro límite de esfuerzo. Lo que estamos buscando es el control… o mejor dicho, aplicar que el control de nuestro cuerpo al control de nuestra mente. Y es que, el flujo de pensamientos mientras corremos está completamente ligado con nuestra respiración y también con nuestra forma de correr.

Si comenzamos a perder el control sobre nuestros pensamientos, el resto de acciones (como el ritmo), también se van a descompensar… y por supuesto la respiración. En cambio, si conseguimos que todo vaya al unísono, además de controlar nuestra mente, estaremos economizando energía, (muy necesaria para la práctica).

Antes de comenzar la carrera, inspira profundamente durante tres veces. Y a pesar de que debemos centrarnos en la respiración diafragmática o abdominal, durante los primeros minutos del trayecto no nos preocuparemos por nada más que no sea avanzar… por coger el ritmo.

Una vez que nuestro cuerpo encuentra su ritmo, iniciaremos la respiración diafragmática, inhalando y llevando gran cantidad de aire a la parte baja de nuestros pulmones (nota cómo tu abdomen se expande). . El objetivo en este punto es mantener una secuencia de respiración de tres ciclos de inspiración y uno de expiración.

Al principio te sentirás un poco descoordinado entre carrera y respiración, pero pronto los pasos se alinean con las inhalaciones. Además, la respiración diafragmática garantiza una mejor ventilación, captación de oxígeno y limpieza de los pulmones con cada exhalación. Y lo mejor de todo, al conseguir encontrar este punto de equilibrio, habremos entrado en un estado perfecto para la meditación.