Estos son los cinco alimentos que agravan el riesgo de sufrir un infarto

En España, al año se producen aproximadamente 50.000 infartos, siendo las enfermedades cardíacas la principal causa de muerte. De hecho representan el 30% del total de los fallecimientos anuales. El tabaquismo, la mala alimentación y la falta de ejercicio tienen gran culpa en esta realidad.

Según la Fundación Española del Corazón (FEC), el tabaco y la mala alimentación son responsables de alrededor de 15.000 y 44.000 muertes cardiovasculares al año, respectivamente. El sedentarismo es el más importante: contribuye a más de 52.000 muertes anuales. Por eso es fundamental concienciar sobre la importancia de evitar el tabaco, mantener una dieta equilibrada y hacer el ejercicio recomendado para el corazón.

El Consejo de Expertos de la FEC destaca la necesidad de inculcar hábitos saludables desde la infancia. La obesidad infantil y el consumo excesivo de alimentos ricos en grasas, sal y azúcares se vinculan con el riesgo de desarrollar enfermedades en la edad adulta, asociadas con la falta de actividad física.

La mala alimentación, dicen, es una de las cosas que más aumenta el riesgo de tener una patología cardiovascular. También pasa al revés: llevar una dieta saludable protege el corazón. Por eso, una dieta mediterránea rica en alimentos como frutas, verduras, legumbres, pescados grasos con mucho omega-3 (por ejemplo, el salmón o el atún), cereales integrales y aceite de oliva virgen extra protege el corazón.

Cuanto más fruta y verdura comamos, menos colesterol absorbemos de otros alimentos. Por eso se recomienda tomar 5 piezas al día. Además, los frutos secos como las nueces o las almendras contienen ácidos grasos omega-3, por lo que para picar entre horas, son el alimento más recomendado.

Los alimentos que 'arruinan' la salud cardiovascular

Hay cinco alimentos clave que se deben evitar porque se han vinculado con efectos perjudiciales para el corazón y la salud cardiovascular. El primero, como no puede ser de otra manera, son los "alimentos" ultraprocesados y procesados. Esencialmente, son los que ya encontramos hechos en el supermercado y que tienen muchas grasas saturadas.

Por ejemplo, las comidas preparadas como burritos o pizzas. Pero también los productos de bolsa, como las patatas fritas, las cortezas o las chucherías. También la bollería industrial, que contiene mucho azúcar y hacen que superemos la cantidad diaria recomendada. Por todo ello, los procesados se deben no comer o consumirlos lo mínimo posible, solo de forma excepcional.

En segundo lugar, se encuentran las carnes procesadas y los embutidos. Según la OMS, la carne procesada es "cualquier tipo de carne que ha sido transformada con salazón, curado, fermentación, ahumado u otros procesos". Por ejemplo, el salami, el jamón serrano o el fuet. También entrarían los derivados de la carne como salchichas y hamburguesas preparadas. También los fiambres como el jamón york o el los embutidos en lonchas.

En el tercer "puesto" encontramos las carnes rojas propiamente dichas. Aunque por supuesto que se puede consumir carne roja, no debe hacerse en exceso, porque llevan carnitina. Este compuesto químico aumenta la absorción del colesterol. Por eso, es mejor comer carne blanca. Roja también, pero sin abusar. De hecho, una experta de Harvard recogía hace no mucho algunos consejos para consumir carne y que sea buena para la salud.

En cuarto lugar, los expertos de la FEC también mencionan las bebidas azucaradas. Los refrescos tienen mucho azúcar y algunos compuestos desaconsejables en términos médicos. El aspartamo, un edulcorante que encontramos por ejemplo en las colas recientemente ha sido clasificado como "posible cancerígeno" por la OMS. Además son malos para el estómago, para los dientes y contribuyen al sobrepeso y la obesidad, un factor de riesgo cardiovascular.

Por último, el quinto alimento a evitar no es tanto una familia alimenticia, sino una forma de cocinar. Hablamos de los fritos o rebozados. Es mejor cocinar los ingredientes a la plancha, al horno o en guisos; desaconsejando por ejemplo freír las patatas, o comer muchas croquetas, pollo empanado y frito, sanjacobos, etc. Sí que se salvarían los sofritos típicos de España (cebolla, pimiento, ajo, tomate y aceite de oliva), ya que algunos estudios indican que reducen el riesgo cardiovascular.