
Salud
La enfermedad de la voz que amenaza a los cantantes: de Leiva a Shakira o Miley Cyrus, cuando la garganta dice basta
Leiva revela en su documental que sufre una lesión irreversible en las cuerdas vocales. Otras artistas como Shakira a Miley Cyrus también han visto su carrera en peligro por estas patologías

"Mi voz ha ido cayendo en picado mientras se agota la operación. Hay un riesgo grande de suspensión". Con esa frase cruda, Leiva describe en su documental Hasta que me quede sin voz (estreno el 17 de octubre) la enfermedad que lo acompaña desde hace años: una lesión irreversible en una de sus cuerdas vocales.
Las enfermedades de la voz son mucho más frecuentes de lo que parece y pueden poner fin a una carrera. En la cinta al de Madrid se le ve tosiendo en el estudio, recibiendo inyecciones antes de los conciertos y reconociendo que cada gira es una cuenta atrás. "En principio, lo que debo hacer es pasar por quirófano seis o siete meses antes de ir de gira", explica.
El artista confiesa que sufre pérdida progresiva de voz, precisión y aguante, y que la continuidad de su carrera está en riesgo. "Tengo una lesión irreversible. Si la gente tiene el cien por cien de su voz, yo tengo bastante menos", resume.
Las enfermedades más frecuentes en la voz: nódulos, pólipos y edemas
Leiva no es el único cantante que tiene afectada la voz. Otros artistas han visto afectado su instrumento de trabajo por múltiples factores. Los especialistas en otorrinolaringología explican que las enfermedades de la voz son lesiones del tejido de las cuerdas vocales, esas finas membranas situadas en la laringe que vibran al pasar el aire.
Las más comunes entre los artistas son:
- Nódulos y pólipos, provocados por el uso excesivo o el abuso vocal, que suelen requerir de cirugía.
- Edema de Reinke, inflamación por acumulación de líquido en la capa externa de las cuerdas, a menudo relacionada con el tabaco, que también produce pólipos y dolor.
- Hemorragias vocales, pequeños sangrados en los vasos de la laringe por esfuerzo o repetición.
"El sangrado ocurre cuando los vasos se rompen y no se regeneran adecuadamente", explica el doctor Steven M. Zeitels, del Voice Center del Hospital General de Massachusetts, quien operó a Shakira y a Adele. "Los artistas de Broadway, que hacen ocho shows por semana, son los más propensos", destaca.
De Miley Cyrus a Adele: cuando la voz enferma
Otro caso es el de la cantante estadounidense Miley Cyrus, que fue diagnosticada con edema de Reinke, un trastorno que hace que las cuerdas vocales se inflamen y vibren con dificultad. "Es extremadamente difícil actuar con él -dijo-, es como correr un maratón con pesas en los tobillos. Al final del día siento agotamiento vocal extremo".
Este tipo de lesión puede causar una voz más grave o ronca e, incluso, afectar la respiración. Algunos estudios apuntan que suele ser secundario al tabaquismo y es más frecuente en mujeres.
Adele, Shakira y Sam Smith también sufrieron hemorragias de cuerdas vocales, una patología que obliga a suspender conciertos de inmediato. Adele tuvo que cancelar una gira entera en 2017 y someterse a una cirugía láser. Shakira pasó por lo mismo en 2018, tras detectar un dolor y un cambio repentino de timbre durante una grabación de radio.
No solo cantantes: otras profesiones de riesgo
El doctor Milan Amin, director del Voice Center de la Universidad de Nueva York, recuerda que "no solo los cantantes, también los docentes, locutores o actores profesionales pueden padecer lesiones vocales".
Según la Sociedad Española de Otorrinolaringología, el 82% de los docentes españoles han sufrido disfonía al menos un vez en su carrera profesional. El exceso de trabajo, la falta de descanso y los cambios bruscos de temperatura agravan los síntomas.
"Cuando los artistas salen de gira, los conciertos se concentran en pocos días y eso puede provocar lesiones", explica Zeitels. "La voz necesita tanto entrenamiento y reposo como cualquier músculo del cuerpo".
Cuidar la voz: prevención y conciencia
Los expertos recomiendan hidratación constante, no fumar, evitar gritar o hablar en entornos ruidosos y realizar ejercicios de calentamiento antes de cantar o hablar durante largo tiempo.
También es esencial respetar los tiempos de reposo y acudir al especialista ante cualquier cambio persistente de tono o ronquera superior a dos semanas.
"Estaba encadenando muchas afonías y pensé que no podría seguir", admite Leiva. "Con el tiempo he entendido que debo adaptarme. Es una patología con la que tengo que convivir y que me permite seguir cantando. Veo el vaso medio lleno", señala. Su caso recuerda que cuidar la voz no es solo una cuestión profesional, sino también de salud mental y calidad de vida.
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