Entrevista

El porqué de los despistes cotidianos: ¿Dónde he dejado las llaves?, ¿a qué venía a la cocina?

Saul Martínez-Horta, neuropsicólogo del Hospital de la Santa Cruz y San Pablo, explica en su nuevo libro, ''Dónde están las llaves?'' (geoPlaneta Ciencia), a qué se deben estos despistes tan frecuentes e incide en que "la demencia senil no existe; no es una enfermedad''

Saul Martínez-Horta
Saul Martínez-Horta David JarFotógrafos

Tras escribir «Cerebros rotos», el neuropsicólogo sumerge ahora al lector en «¿Dónde están las llaves?» (geoPlaneta Ciencia), una obra clave para comprender cómo funciona realmente nuestro cerebro.

No es lo mismo tener una enfermedad neurodegenerativa que sufrir ciertos fallos de memoria. ¿A qué señales debemos estar atentos y acudir al médico?

A todo aquello que imponga un cambio de dificultad en el día a día. Si la memoria falla, pero no supone un problema, no. Pero si los fallos van a más, habría que ir al médico.

¿Es más probable que sea lo primero?

No es un tema de probabilidad. Lamentablemente cómo estamos hechos, biológicamente, nos hace vulnerables a desarrollar una enfermedad asociada a la edad avanzada.

¿Cómo convencer a una persona mayor para que vaya al médico si está más irascible o le falla mucho más la memoria?

No tiene una respuesta fácil. Hay que usar algún tipo de engaño. Los mayores aceptan ir médico para hacerse un chequeo general, pero sin especificar el tema de la memoria.

¿Y si no quiere ir al médico?

Me gusta explicar que aunque ellos se sienten bien hay que escuchar qué dice el entorno. Tener familia que se preocupa es algo muy bonito, como ellos hacían por sus hijos cuando eran pequeños.

Afirma en su libro que la demencia senil no existe. ¿A qué se refiere?

Es un concepto, pero no una realidad clínica. La demencia no es una enfermedad, es un síndrome. Ser mayor no provoca demencia, lo provocan enfermedades que hacen que desarrolle demencia.

¿Normalizar el deterioro cognitivo como algo natural de la edad lo banaliza?

Exacto. Los convivientes de mayores suelen normalizar los signos del deterioro cognitivo. No se presta atención y eso hace que lleguen a consulta tarde y se pueda hacer poco.

¿Dónde están las llaves, las gafas...? ¿Por qué suceden estos despistes y cómo podemos evitarlos?

Este olvido cotidiano es un problema atencional. Para que aprenda dónde he dejado las llaves he tenido que desplegar un recurso. Hacemos tantas cosas que es muy fácil no aprender nunca dónde dejamos las llaves. No lo has olvidado, no lo has aprendido porque no has desplegado atención.

¿Y qué hacer cuando no sale una palabra que tenemos en la punta de la lengua?

El proceso de acceso y recuperación de palabras es automatizado y la mejor forma para que salga la palabra es dejarla de buscar.

¿Con la edad irá a más?

No necesariamente. Pero nos tenemos que poner en alerta si todos esos pequeños desastres cotidianos que son los errores de nuestro cerebro van a más.

¿Y a qué se debe la situación de verse en la cocina sin saber por qué hemos ido?

En la agenda mental que tenemos uno se apunta que va a hacer a futuro, comprar leche supermercado, coger sal... Es muy fácil cualquier distracción del entorno nos lo quite de la mente. Vamos a la cocina se me caen llaves y al llegar no recuerdo que iba a hacer.

¿Una lesión en el hipocampo explica el alzhéimer?

No es una lesión en el hipocampo. El alzhéimer tiene cierta predilección por dañar el hipocampo, entre otras partes de cerebro.

¿Qué caso destacaría por llamativo?

El de una mujer que vino a consulta porque había desarrollado un trastorno de compras compulsivas. Se gastó 200.000 euros en zapatos, arruinó a la familia, comía cosas de la basura... Al visitarla vi signos de problemas en el lóbulo frontal. Una resonancia demostró que tenía en esa zona un gran tumor benigno. Se operó y se curó.

¿Este tipo de errores en el diagnóstico son frecuentes?

No es algo súper frecuente, pero relativamente frecuente. Al estudio conducta humana hay que aproximarse con mucha humildad y considerar todas las posibilidades.

¿Hay una explicación a la sinceridad brutal de los niños y a que no vean el riesgo?

Hay zonas del cerebro que se desarrollan con la edad. Hasta los 25-30 años el lóbulo frontal no está óptimo, por eso no inhiben las respuestas. En cuanto a estimar el riesgo, también depende de la experiencia y del lóbulo frontal.