Dietas para perros: Cómo alimentar a nuestra mascota para conseguir que adelgace

Cuando una mascota llega a una casa son muchas las cosas que hay que saber para poder darle los cuidados que necesita. El ejercicio, la educación, su lugar de descanso, los juegos y cómo no, la alimentación. Uno de los errores más extendidos por los propietarios de una mascota es darle de comer entre horas y más de lo que necesita. Hay muchos perros que no tienen la sensación de saciedad y están constantemente buscando alimento. Por ello, seguirá a los dueños allá por dónde estén para llamar su atención o se sentarán junto a ellos en la cocina para ver si obtienen alguna recompensa en forma de alimento.

Otro de los aspectos a tener en cuenta es el ejercicio. Si la familia es sedentaria, el perro será obeso. Si no juega ni pasea nunca, se volverá cada vez más vago y solo pensará en comer. Esto hará que acumule un exceso de energía en el cuerpo y engordará. ¿Cuándo se considera que un perro es obeso? Cuando su peso es un 20 por ciento superior al recomendado.

Los cambios constantes de alimentación tampoco son buenos porque al ser novedosos resultan más atractivos para el animal y los comerá con mayor ansiedad. Lo mismo pasa si se le ofrece comida distinta a la de su pienso. Además, en el caso de que se le alimente entre horas favorecerá que el perro acabe buscando restos de alimentos en la basura.

Llegado a este punto, ¿qué debemos hacer si nuestro perro tiene sobrepeso? Además, de fomentar el ejercicio, es recomendable cambiarle la dieta: baja en calorías y alta en proteínas y fibras. Así lo refleja una investigación publicada en el “Journal of Animal Science” de la Academia Oxford, en la que lograron que 12 hembras esterilizadas de la raza beagle perdieran peso, con unos resultados similares a los humanos.

Los animales fueron alimentados con una dieta alta en proteínas y fibras durante cuatro semanas, con el fin de estabilizar su peso corporal. Después, para ayuderles a adelgazar, se les redujo la cantidad de comida un 20 por ciento. Como resultado de esto, los perros fueron perdiendo un 1,5 por ciento de su peso durante 24 semanas.

Cómo es la dieta

El plan fue formulado en base a las recomendaciones de la Asociación Estadounidense de Funcionarios de Control de Alimentos (AAFCO) para los perros adultos. Se utilizaron fuentes de fibra dietética, prebióticos, e ingredientes funcionales.

Se incluyeron la cebada, la pulpa de remolacha, la celulosa y el psyllium hush (cáscaras de semillas de una planta originaria de Asia llamada plantago ovata), el scFOS (cadenas cortas de fructooligosacáridos) y la semilla de lino marrón. Según los investigadores, se ha demostrado que todos ellos aportan beneficios y proporcionan un equilibrio de fibras dietéticas solubles e insolubles en la dieta.

Administraron además varios ingredientes funcionales como la L-carnitina, un aminoácido que mejora el gasto de energía de los perros; o el aceite de pescado, que tienen propiedades antiinflamatorias y reducen los niveles de lípidos y de grasas en la sangre de los perros.

También se incorporó el extracto de té verde, que mejora la sensibilidad a la insulina; y el picolinato de cromo, un oligoelemento esencial que se requiere para la absorción celular de glucosa. Por último, la dieta para las mascotas participantes incluyó vitamina C y vitamina E. Ambas son importantes en la función metabólica y tienen propiedades antioxidantes.

Resultados

Después de 28 semanas de tratamiento, los animales participantes en el estudio habían perdido una tercera parte de su peso (31 por ciento), a una media de 1,4 por ciento por semana, y lograron su peso ideal sin perder mucha masa muscular. Pero también lograron reducir sus niveles de triglicéridos, azúcar en sangre y marcadores inflamatorios.

La responsable de la investigación, y profesora de ciencias animales en la Universidad de Illinois en Urbana-Champaign (Estados Unidos), Kelly Swanson, indicó que “estudios previos demostraron que el sobrepeso y la obesidad conducen a una vida más corta y a una menor calidad de vida, en perros y humanos”.

En ese sentido, la introducción del estudio es clara: “La obesidad es una enfermedad epidémica global y su prevalencia continúa creciendo en humanos, perros, y gatos”, indica.

“Algunos de los problemas que vemos en los humanos con obesidad también ocurren en los perros”, dijo la profesora. Y precisó: “Hay estrés adicional en las articulaciones, hay intolerancia al ejercicio y al calor. También hay intolerancia a la glucosa”.