Salud

Sin vergüenza por la incontinencia urinaria: tipos, causas y tratamiento

Suele ocurrir con mayor frecuencia a medida que las personas envejecen, pero no es la única causa. Cambios en el estilo de vida y en la dieta pueden mejorar este problema

Incontinencia urinaria
Incontinencia urinariaDreamstimeDreamstime

El aparato urinario está formado por una serie de tubos, músculos, nervios y órganos que trabajan para producir, almacenar y transportar la orina. Dos riñones, dos uréteres, la vejiga, dos músculos esfínteres y la uretra componen el sistema urinario. Los riñones producen la orina al filtrar el exceso de agua y los desechos de la sangre (urea) que llega hasta la vejiga a través de los uréteres. Los esfínteres retienen la orina en la vejiga, como si fuera una goma elástica alrededor de la abertura de la vejiga. Cada 10 o 15 segundos, los riñones liberan pequeñas cantidades de orina hacia la vejiga. Cuando está llena, los nervios de la vejiga envían la orden de orinar al cerebro. El cerebro ordena a los músculos de la vejiga que se contraigan mientras que a los esfínteres les ordena que se relajen y, así, la orina sale de la vejiga por la uretra.

La función de la vejiga puede verse afectada por distintos problemas entre los que está la incontinencia urinaria, es decir, la pérdida de control de la vejiga o la incapacidad de controlar la salida de la orina (micción). Suele ocurrir con mayor frecuencia a medida que las personas envejecen, pero no es la única causa. “La incontinencia urinaria es un problema frecuente que afecta al doble de mujeres que de hombres. Esto puede deberse a que el embarazo, el parto y la menopausia podrían aumentar las probabilidades de sufrir esta afección”, asegura la doctora Solanye Navas, ginecóloga del hospital Quirónsalud Murcia. Muchas personas pueden notar ocasionalmente perdidas de orina en cantidades pequeñas o moderadas; otras, sin embargo, experimentan estas pérdidas con mayor asiduidad.

Existen diferentes tipos de incontinencia urinaria, pero los que con más frecuencia afectan a las mujeres son la incontinencia de esfuerzo y la incontinencia de urgencia o vejiga hiperactiva. La primera sucede cuando se escapa la orina al ejercer una presión sobre la vejiga, como toser, estornudar, reír, hacer ejercicio o levantar algún peso. Las causas suelen ser la debilidad de los músculos del suelo pélvico o porque la vejiga está descolocada de su posición anatómica normal. La incontinencia de urgencia se trata de una necesidad repentina e intensa de orinar y una pérdida involuntaria de orina antes de llegar al baño. “Se relaciona con una vejiga hiperactiva. Se trata de un tipo de incontinencia más común en personas mayores y puede deberse a una afección menor como una infección o a un trastorno más grave como algunas enfermedades neurológicas, tales como esclerosis múltiple o lesión medular”, añade la doctora Navas.

Ante cualquier síntoma que indique una posible incontinencia urinaria se debe acudir al médico, quien realizará una serie de pruebas para buscar la causa del problema de control de vejiga. Una vez diagnosticado, el tratamiento será diferente para cada paciente, ya que dependerá del tipo, la causa y cómo afecta a su vida diaria. El tratamiento puede ir desde ejercicios, entrenamiento de vejiga, colocación de un pesario y medicamentos hasta cirugía.

En algunos casos, un cambio de estilo de vida puede ser suficiente para controlar la incontinencia: mantener un peso saludable, estar físicamente activa, reducir las bebidas que contengan cafeína y las efervescentes, no fumar, tomar alimentos ricos en fibra para evitar el estreñimiento y entrenar la vejiga.“Esto implica orinar según un horario; una vez se ha adaptado a este horario, de forma gradual se espera un poco entre visitas al baño. Esto puede ayudar a estirar la vejiga para que pueda contener más orina”, apunta la doctora Solanye Navas.

Fortalecer los músculos del suelo pélvico también puede reducir el riesgo de incontinencia. Los ejercicios más aconsejados son los llamados ejercicios de Kegel, que consisten en tensar y relajar los músculos que controlan el flujo de la orina, como fingir que se tiene ganar de orinar y luego contener las ganas. Se deben realizar con la vejiga vacía, manteniendo apretados los músculos durante 3 o 5 segundos y relajarlos el mismo tiempo. Se aconseja repetir esto diez veces y hacerlo tres veces al día.

Si estos tratamientos no dan resultado, existen otras opciones, como medicamentos que calman la vejiga hiperactiva, los que relajan los músculos de la vejiga y así esta puede aumentar la cantidad de orina que retiene dentro. La estimulación nerviosa eléctrica es otra opción, que consiste en estimular con electrodos los músculos del suelo pélvico. Para la estimulación nerviosa eléctrica destaca la utilización de la tecnología EMsella, disponible en Quirónsalud Murcia. Msella consigue mediante terapia electromagnética focalizada producir contracciones musculares del suelo pélvico para fortalecer estos músculos tanto en el hombre como en la mujer.

Existen también dispositivos diseñados para tratar la incontinencia urinaria en las mujeres. Un oclusor uretral, por ejemplo, es un dispositivo parecido a un tampón que se coloca en la vagina, actuando como un tapón para impedir la pérdida y que se extrae antes de orinar, mientras que el pesario es un anillo de silicona flexible que se introduce en la vagina durante todo el día, empuja la uretra y así evita fugas de orina.

Otra opción para mantener la vejiga en su posición normal es la cirugía. En la intervención se coloca un cabestrillo que se fija en el hueso púbico para mantener la vejiga en su sitio. Cualquier intervención conlleva un riesgo que se debe valorar antes de entrar en quirófano. Por eso es muy importante consultar con el médico especialistas y tantear las posibilidades de otros tratamientos antes de una operación. Y, sobre todo, si se sufre incontinencia urinaria, lo más importante es no dudar ni sentir vergüenza y acudir al médico, ya que en la mayoría de los casos se puede tratar y curar.