Salud
Qué significa cerrar los puños al dormir según la psicología
Los expertos reconocen que es una postura más común de lo habitual por razones de comodidad, pero que puede esconder ciertos peligros que estamos pasando por alto
A la hora de dormir, nuestro cuerpo actúa de forma inconsciente y no nos damos cuenta de cómo y cuándo cambiamos de postura, lo que hace muy frecuente que nos levantemos de forma distinta a la que adoptamos en el momento que nos fuimos a la cama. No obstante, hay ciertas situaciones, como la de dormir con el puño cerrado, que nos puede decir mucho más de lo que pensamos, según la psicología.
Y es que nuestro cuerpo no engaña, así como deja notar de forma inconsciente lo que reprimimos: las emociones, que si no las mostramos, terminan saliendo por otro lado. En este caso, si no se exteriorizan, se acabarán manifestando de forma física.
Despertarse con las manos entumecidas, asimismo, es más común de lo que se cree. Afecta a un gran número de personas, independientemente de su edad o su estado de salud, y se conoce como "manos de dinosaurio", el hecho de adoptar una posición con los puños apretados o las muñecas dobladas.
Y no es simplemente una cuestión de comodidad, pues los expertos sugieren que esta posición está íntimamente ligada a los niveles de cortisol en nuestro organismo, es decir, la hormona del estrés, que se suele liberar mientras dormimos.
Estas son las causas de cerrar los puños al dormir y los problemas, daños o lesiones que puede provocar en tu cuerpo
Dormir con los puños apretados se interpreta así como una señal de emociones intrínsecas que afectan al descanso, un comportamiento inconsciente, y si bien en un principio no es sinónimo de gravedad, pues refleja niveles altos de estrés o ansiedad que podamos haber almacenado a lo largo del día, puede reflejar o incluso provocar serios problemas.
Según el Jacksonville Sleep Center, apretar los puños al dormir está vinculado al bruxismo, o rechinar los dientes, otro reflejo común en personas con altos niveles de tensión y que su vez puede provocar inconvenientes en la mandíbula.
A su vez, dolor que tengamos en otras partes del cuerpo, como la espalda baja, puede generar tensión que se refleje también en las manos, así como el levantamiento de pesas u otros ejercicios que requieren un agarre fuerte sin un descanso óptimo puede almacenar tensión que también se refleje en las manos.
Otras condiciones de salud, como la artritis reumatoide, la epilepsia o ciertos medicamentos que tomemos, pueden provocar rigidez muscular o movimientos involuntarios, y entre ellos está el apretar los puños.
En sí, apretar los puños con fuerza, especialmente cuando dormimos, puede causar otros daños y lesiones como el síndrome del túnel carpiano, la tendinitis de antebrazo, el dedo en gatillo o la tenosinovitis de De Quervain (hinchazón en la muñeca del lado del pulgar).