Un símbolo del odio
Durante años, Osama Ben Laden ha sido el símbolo del odio yihadista. Muchos dudaban de que el inspirador de los ataques terroristas del 11 de septiembre, aquel que había declarado una guerra a muerte a Occidente, capaz de asesinar a miles de hombres, mujeres y niños –sin importar su religión o nacionalidad– para implantar sus designios totalitarios, estuviera vivo.