Galiardo: «Las mujeres me han costado mucho más que la ruleta»
Era un tipo vehemente, amigable y lenguaraz, siempre dispuesto a la juerga y a comerse el mundo. Rápido, voraz, hiperactivo. En la profesión le llamaban loco. El «Loco Galiardo» hubieran dicho en Buenos Aires. Fuimos y somos amigos, porque Juan Luis era, por arriba y por abajo, una buena persona, un sentimental disfrazado de gigoló