Tecnología militar
¿Cómo es el "Avión del Juicio Final" de Estados Unidos?
Más avanzado que el mítico Air Force One, su objetivo es mantener el gobierno en cualquier circunstancia
Estados Unidos tiene en total cuatro Aviones del Juicio Final. Son un vestigio de la Guerra Fría y están diseñados para actuar como un Centro Nacional de Operaciones Aerotransportadas con el objetivo de mantener el funcionamiento del gobierno y actuar como centros de comando móviles en caso de un desastre como un ataque nuclear. Estas naves tienen una enorme cantidad de tecnología, aunque no siempre la más avanzada (y por buenos motivos), y su único trabajo es mantener las comunicaciones en funcionamiento tanto para operaciones civiles como militares, en caso de que suceda lo impensable.
Los “Doomsday Planes”, también conocidos como aviones “Nightwatch”, o más exactamente el Boeing E-4B “Advanced Airborne Command Post” (AACP), son una versión militarizada del Boeing 747-200. En el aspecto exterio son muy similares al Air Force One, pero han sido equipados con el espectro de equipos de comunicaciones más completo y sofisticado que jamás haya volado.
Cada “Doomsday Plane” está equipado con una antena de muy baja frecuencia y con equipos de comunicaciones de súper alta frecuencia y con Milstar, un sistema de comunicaciones por satélite que proporciona comunicaciones mundiales seguras y resistentes a interferencias. La constelación de múltiples satélites vincula a las autoridades de mando con una amplia variedad de recursos, incluidos barcos, submarinos, aeronaves y estaciones terrestres”. En esencia, cada una de estas tecnologías garantiza que puedan comunicarse con unidades armadas en cualquier parte del mundo. Además cuenta con acceso a Internet y la capacidad de comunicarse con cualquier persona, en cualquier lugar a través de radio y de teléfono.
Aunque la información sobre exactamente cómo el avión puede resistir un ataque nuclear está clasificada, se sabe que los ordenadores y el cableado a bordo están reforzados con blindaje térmico y nuclear. La cabina contiene controles analógicos y las estaciones de trabajo están equipadas con teléfonos y monitores cableados diseñados para funcionar en caso de un pulso electromagnético nuclear.
El avión se puede repostar en pleno vuelo en tiempos de guerra. Además, cada ventana en la cabina tiene una rejilla de protección de pulso electromagnético (EMP) para proteger los sistemas sensibles del avión de cualquier daño. Los cuatro aviones están siempre en alerta y la tripulación (más de 100 personas en total) se encuentran de guardia constante en un cuartel cercano en caso de que el avión necesite volar con urgencia. Guardan en su interior raciones de alimento y agua para semanas y se incluye un área de descanso para los 12 mecánicos que acompañan a cada avión en cada viaje.
También son rápidos para su tamaño, con una supuesta velocidad máxima de 969 km/h. Otras mejoras son la protección contra impactos térmicos y radiactivos, la gestión acústica, una mejor instalación de control técnico y un sistema de aire acondicionado mejorado para enfriar los componentes eléctricos.
Por si fuera poco, el Doomsday Plane es a prueba de ciberpiratería gracias a su uso de equipos analógicos: junto a los más avanzados, también cuenta con instrumental que no está conectado a la red, lo que impide el acceso a los hackers. Su capacidad para permanecer en el aire durante mucho tiempo con reabastecimiento aéreo en vuelo, solo está limitada por el consumo de aceite de los motores. Inicialmente, se planeó que la aeronave pudiera permanecer en el aire durante una semana entera en caso de una emergencia, pero durante un vuelo de prueba de resistencia, permaneció en el aire y completamente funcional durante 35,4 horas.
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