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Así logró “South Park” burlar a Trump y ridiculizarlo en TV

El nuevo episodio desafía los límites de la sátira animada con una versión del expresidente creada por IA, pactos con el Diablo y una escena explícita que Paramount intentó vetar sin éxito

Así logró “South Park” burlar a Trump y ridiculizarlo en TV
Así logró “South Park” burlar a Trump y ridiculizarlo en TVComedy Central

“South Park” ha vuelto. Y no con tibiezas ni parodias disfrazadas. Por primera vez, la serie de Matt Stone y Trey Parker se lanza contra Donald Trump sin rodeos. Lo hace mostrando su rostro, su voz y, literalmente, sus genitales. La escena es tan explícita como provocadora: una versión del expresidente generada por Inteligencia Artificial camina desnudo por el desierto mientras se despoja lentamente de su ropa. El plano final no deja lugar a la imaginación, con un zoom nada gratuito que apunta al mensaje del episodio: “su pene es pequeñito, pero su amor por nosotros es grande”.

No es la primera vez que Trump es objeto de sátira, pero sí es la primera vez que “South Park” lo representa sin máscaras. En 2016, la sorpresiva victoria electoral obligó a los creadores a improvisar: el Señor Garrison fue reconvertido en una especie de Trump sin serlo. Ocho años después, la paciencia parece haberse agotado. La nueva temporada arranca ridiculizando tanto al expresidente como a su cadena, Paramount, que recientemente pagó 16 millones de dólares para evitar una demanda por la edición de una entrevista a Kamala Harris.

El episodio, que se presentó en la Comic Con de San Diego, no es solo un ataque contra Trump. También es un acto de rebeldía contra la autocensura corporativa. Según confesaron Parker y Stone, Paramount intentó frenar la escena explícita del pene pixelándola. Su respuesta: si le pintamos ojos, se convierte en personaje. Y así fue. Tras cuatro días de negociación, consiguieron emitir el episodio sin censura, transformando un supuesto escándalo en una brillante jugada narrativa.

Trump y Satan en "South Park"
Trump y Satan en "South Park"Comedy Central

La sátira no se queda ahí. Al más puro estilo “South Park”, la historia escala hasta niveles demenciales: Trump intenta seducir a Satán —una referencia directa a la película de 1999— y la ciudad de South Park firma un contrato publicitario con el expresidente. El primero de los 50 spots pactados lo muestra como un mesías sexual con complejo de mártir político. Todo, bajo el nuevo acuerdo de renovación de la serie: 1.500 millones de dólares por cinco temporadas. Es decir, 30 millones por episodio. Y aún así, ningún ejecutivo pudo frenar esta locura.

La Casa Blanca ha reaccionado con visible incomodidad. “La serie lleva 20 años sin ser relevante”, han declarado fuentes oficiales. Pero el ruido generado, las reproducciones virales del clip censurado y las ovaciones en la Comic Con indican lo contrario. Parker y Stone siguen siendo los únicos capaces de tocar el nervio de la política estadounidense con una irreverencia que ni la cancelación de Stephen Colbert ha logrado acallar.

Por ahora, se desconoce qué otros temas abordará la temporada. “La escribimos sobre la marcha”, dijeron sus creadores entre risas. Pero con esta carta de presentación, está claro que el objetivo ya no es simplemente hacer reír, sino exponer el absurdo en su forma más cruda. Y si para eso hay que humanizar un pene, pintarle ojos y darle voz, “South Park” lo hará. Porque puede. Porque lo hace desde hace casi tres décadas. Y porque, por increíble que parezca, aún logra incomodar al poder.