Estreno
«PornoXplotación»: sexo, mentiras y cintas de vídeo
RTVE Play estrena hoy esta serie documental de Mabel Lozano sobre las víctimas de la industria del porno
Tan natural como el aire que respiramos. Así es el acceso público a material pornográfico en internet y redes sociales. La oficialización del teléfono móvil como dispositivo preferido no hizo sino acentuar la tendencia al consumo de las películas para adultos, que, en muchos casos, esconden vejaciones, violencia sexual y extorsión. La ganadora del Goya al Mejor Cortometraje Documental en 2021 por «Biografía del cadáver de una mujer», Mabel Lozano, dirige la docuserie de tres episodios, «PornoXplotación», de Secuoya Studios, que desde hoy está disponible en la plataforma gratuita RTVE Play. Testimonios desgarradores de víctimas del porno, exactores y expertos en el tema pasarán por delante de la cámara para hablar de este problema ya generalizado y que cada vez afecta a más mujeres y llega antes a los menores.
Casi 100.00 millones anuales
No es fácil hacer un documental sobre pornografía sin enseñar imágenes y hablar de ello parece darle publicidad, pero «PornoXplotación», pone números preocupantes encima de la mesa. Como que el 70% de los adolescentes consume pornografía, comenzando muchos de ellos a los 12 años. Estrenada con éxito en la Semana Internacional de Cine de Valladolid y FICAL en 2022, está basada en el libro homónimo de Lozano y el inspector de Policía Nacional Pablo J. Conellie, y ofrece ambos lados de la pantalla del porno con una factura innovadora: la narraturgia. Dos actrices, Clara Chaín y Laura Rozalén se meten en la piel de Alyna y Diana, respectivamente. Ambas son víctimas del mundo del porno y contarán su experiencia dramatizada, y parece que suavizada, a tenor solo de los episodios de violencia sexual que sufrieron desde muy jóvenes. «Carne para la picadora», son consideradas ambas, que no aparecen en el documental por miedo a las represalias y a ser marcadas de por vida. Junto a ellas, los testimonios de varios psicólogos, como Alejandro Villena, y sociólogos, como los Doctores Beatriz Ranea y Lluís Ballester, que con ayuda de miembros de Policía Nacional y Guardia Civil desgranan el problema. La industria del porno, que genera 97.000 millones de dólares anuales, lleva aparejada más víctimas que las actrices, deshumanizadas y transformadas en «producto para el consumidor». Se transforma para los consumidores en una adicción de la que es difícil salir, con perjuicio para la vida familiar, personal y profesional, como demuestra el testimonio de un «exyonki del porno».
Para ilustrar algunas de las prácticas más reprobables de la industria, la docuserie hecha mano del artista plástico mallorquín Diego Ingold, que ilustra la violencia sexual, el sexting, el grooming y el resto de prácticas sin ser explícito. Además, la educación sexual de los jóvenes se ha visto trastocada por el fácil acceso al material pornográfico, con prácticas que derivan desde intentar copiar el porno en la vida sexual de pareja, hasta las violaciones en grupo con más de 2020 «manadas» judicializadas. Pero los testimonios de dos exactores de cine porno también acabarán con los mitos de los sueldos millonarios, que solo benefician a las productoras, y las buenas condiciones laborales, e introducirán el tema del consumo de drogas y las enfermedades de transmisión sexual como la sífilis, la gonorrea o el VIH. Quizá el problema es demasiado grande para abarcarlo en un solo documental, pero «PornoXplotación» toca teclas importantes para crear conciencia, con números que asustan y relatos que generan rechazo, sorpresa y asco, como el del padre que descubrió que su hija menor había sido «captada» por la industria, y que es un hilo argumental de los tres episodios.
Cualquier prevención es poca para un fenómeno que se extiende con rapidez y que afecta a todos los aspectos de la vida saltando del mundo digital a la trata, la extorsión y la violencia sexual. El material de «PornoXplotación» debería ser objeto de muestra en colegios para que sirva de aviso a navegantes. La otra cara del porno no produce tanto placer cuando está en juego la vida de tantas personas, su integridad y su honor.
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