Estreno

La España despoblada: mi reino por un pueblo

COSMO estrena hoy «Nuestro propio pueblo», serie de británicos que compran villas enteras en España, Francia, Italia y Portugal

Julie y Steve Ward son los propietarios de Cuevas de paz en la provincia de Granada
Julie y Steve Ward son los propietarios de Cuevas de paz en la provincia de GranadaCosmo

Con el precio de la vivienda por las nubes, parece un sueño solo para ricos comprarse un castillo o incluso una parcela de terreno en un lugar paradisíaco. Pero la despoblación ha hecho mella en el mercado inmobiliario de varios países europeos y existen no solo casas, si no pueblos enteros al borde de la desaparición o directamente abandonados y en ruinas que se están convirtiendo en el centro de las miradas de arriesgados inversores. «Nuestro propio pueblo» («Help! We bought a village»), el formato original que estrena hoy Cosmo, nos invita a conocer a varias familias británicas que decidieron comprar pueblos enteros en España, Francia, Italia y Portugal, para alejarse de las ciudades.

Una propiedad privada, un santuario de animales o un alojamiento turístico son algunas de las infinitas posibilidades que ofrecen estos pueblos a sus nuevos propietarios, que en este programa convierten lo que muchos ven como ruinas en destinos de ensueño en sitios como Normandía. Así entraremos en la vida de Marcial Doporto, el primer comprador que visita España estableciéndose en O’Penso (Lugo); Neil Christie, que compró el pueblo de Arruñada en Asturias, o Steve y Julie Ward, que adquirieron Cuevas de la Paz en la provincia de Granada. Antiguas cuevas de pastores reconvertidas en alojamientos rurales. LA RAZÓN habló con este matrimonio inglés: «Siempre me ha encantado España. He estado de vacaciones aquí muchas veces. Y cuando llegamos a España mientras viajábamos, el paisaje era increíble. Y aquí en Andalucía, aquí todo es hermoso», confiesa Steve, mientras su mujer matiza que «estamos como rodeados de montañas a nuestro alrededor. Tenemos cuatro grandes embalses, así que tienen playas artificiales. Cuando lo encontramos, lo supimos y eso fue todo».

Bienvenidos

En el capítulo primero ya se nos advierte del carácter «intrépido» de los ingleses, pero Piero Sfreddo, productor del programa, sube el nivel: «Creo que todos son heroicos. Están asumiendo algo que cuesta mucho dinero, a veces es muy peligroso trabajar en escaleras, alguien estaba trabajando recientemente en un techo y el techo cedió y el tipo cayó dentro de la casa junto con el techo. La gente realmente se desanima a veces». En opinión de Sfreddo, los protagonistas de cada episodio, «en su mayoría son personas que están cerca de jubilarse, tal vez, o han tenido un trabajo o una carrera exitosa y buscan hacer algo significativo con su vida a partir de ese momento». Así con inversiones iniciales que rondan los 15.000 euros, se hacen con todo un pueblo e invierten su dinero y su tiempo reparando estos lugares para darles una nueva vida. Pero ellos también se transforman, rodeados de lugareños. «Somos muy afortunados de que realmente nos hayan aceptado desde el principio. Si alguien estuviera caminando cerca de nosotros o a nuestro alrededor, apenas levantaría la vista. Ahora se detienen, vienen y se enteran. Como cuando construimos el pad de la piscina, y empezaron a interesarse. De hecho, la relación es bastante divertida, nos ha invitado una señora que tiene cerca de 80 años a celebrar el Día del Padre el pasado domingo», relata Julie. El proyecto del matrimonio es arriesgado, porque, en opinión de Steve, «no creo que las cuevas sean para todos. Creo que algunas personas, cuando piensan en una cueva, piensan en Los Picapiedra».

Es Piero, que viaja mucho a España, el que nos da la clave del programa: «Aprendí sobre el espíritu humano; hay esperanza cuando todo parece perdido. Nos ha conmovido hasta las lágrimas».