Del bipartidismo puro a un sistema de bloques en Andalucía

Cumplidos doce años del 15-M –o del pico de la crisis del ladrillo que lo motivó– las citas electorales sucesivas vienen vislumbrando el reequilibrio del sistema de partidos, con PP y PSOE como formaciones mayoritarias pero con un factor disruptivo de bloques motivado por la irrupción de nuevas formaciones a los extremos de las tradicionales. Desaparecido de facto Cs, Podemos –como quiera que se llame en cada enclave–, junto o sin IU, y Vox determinarán numerosas alcaldías de Andalucía con el sentido de su voto en la toma de posesión. En capitales y plazas simbólicas como Granada y Sevilla estas fuerzas minoritarias serán claves si se cumplen los pronósticos demoscópicos.

La dicotomía rural/urbano y el tamaño del hábitat también determinarán el resultado del 28-M. Según recoge el Centro de Estudios Andaluces (Centra) en su análisis del último ciclo electoral de 2018-2019 –con autonómicas, generales y municipales en un período de seis meses–, «el Partido Socialista obtiene resultados mucho mejores que el resto de fuerzas en el entorno rural y en los municipios con menor número de habitantes, mientras que el PP consigue sus mejores resultados en los núcleos urbanos de mayor tamaño».

Las actuales elecciones tienen cierto paralelismo con las primeras citas electorales del decenio, esto es, las municipales y las generales de 2011, en las que el PSOE acusó el castigo a la segunda legislatura del presidente Rodríguez Zapatero, que condujo a una mayoría absoluta del PP en el Congreso. Pese a ello, el PSOE consiguió en toda Andalucía más concejales que el PP (3.856 frente a 3.148) con menor porcentaje del voto (32,5% frente a 39,36%) y su mejor resultado de la década en unas generales (25 de los 61 escaños andaluces con un 36,6% del voto). Las urnas medirán este 28-M, que en Andalucía se presenta como una segunda vuelta de las autonómicas y el partido de ida de las generales, si Pedro Sánchez es electoralmente una versión actualizada de ZP. En municipios simbólicos como la capital andaluza, el lema de campaña es "Sevilla, y sólo Sevilla".

A partir de 2015, las reglas del juego cambiaron con la fragmentación de la izquierda con la entrada en escena de Podemos. En las municipales, el PSOE ha pasado de 3.856 concejales, con el 32,5% de los votos en 2011 a 4.081 en 2015 (34,32%) y 4.209 (36,91%) en 2019. El PP obtuvo 3.148 concejales en 2011 (39,36%), 2.681 en 2015 (30,19%) y 2.486 en 2019 (26,79%).

El estudio del Centra ratifica que el impacto de las nuevas formaciones es mucho más moderado a nivel municipal, «donde los partidos con mayor antigüedad e implantación territorial siguen manteniendo una cómoda distancia respecto a los emergentes, cuyos potenciales votantes parecen seguir optando en gran medida por las formaciones más consolidadas o por ofertas de ámbito específicamente local».

¿Qué factores influyen en el voto? La sociología política ofrece tres modelos clásicos de explicación del voto: sociológico (clase social, origen, religión); psicosociológico, en términos del eje izquierda-derecha, nacionalismo, etc.; y el que considera los aspectos estratégicos del voto, esto es, «un cálculo más o menos intuitivo de los costes y beneficios, no solo económicos, asociados a las distintas opciones». En Andalucía, entra en juego la dicotomía rural/urbano, de ahí la gran importancia que le vienen dando los partidos al sector primario.El 30% de los votos proviene del mundo rural.

La fragmentación del sufragio desde el 15-M se ha matizado. En 2019, las municipales volvieron a teñir el mapa multicolor, sobre todo en rojo y azul, con «una importante irrupción de Vox en zonas muy localizadas, como es el poniente almeriense y el Campo de Gibraltar, y una continuidad en el crecimiento constante de Cs». El final de ciclo con las municipales revirtió esta situación a favor de PP y PSOE. La falta de arraigo de los partidos emergentes viene siendo clave. Con todo, sus votos pueden elegir al alcalde en numerosas plazas. Teresa Rodríguez, de Adelante, dijo ayer que donde pueda impedirá que la derecha ostente el poder pero también rechazó ser «la muleta» del PSOE . En uno de los municipios en el alambre, Granada, la candidata popular Marifrán Carazo prefiere esperar a los resultados ante la oferta del socialista Cuenca de que gobierne la lista más votada. Espinosa de los Monteros recalcó que Vox dará «una buena sorpresa» y será determinante en muchos sitios.