Turismo

Semana Santa en Setenil de las Bodegas: tradición entre casas-cueva

Los hijos se convierten en hermanos de la hermandad de los padres, mientras que las hijas siguen los pasos de sus madres

El municipio es un laberinto de calles encaladas, empinadas y estrechas que muestra su lado más singular
El municipio es un laberinto de calles encaladas, empinadas y estrechas que muestra su lado más singularEP

Hay lugares en los que todo parece dispuesto para que sucedan cosas únicas, para que se vivan experiencias difíciles de imaginar en otros contextos, en otros paisajes. Lugares que han sido «tallados» por la naturaleza de una forma muy especial y que, una vez descubiertos, dejan una huella imborrable en quienes los recorren.

Moldeado por las aguas del río Guadalporcún, Setenil de las Bodegas –cuyo nombre, cuentan, hace alusión a los siete asedios frustrados del cristianismo en época musulmana– es uno de esos lugares singulares, inolvidables, que atesora la provincia de Cádiz en su interior y que, llegadas estas fechas, realza aún más su belleza con la puesta en escena de una Semana Santa de extraordinaria plasticidad, tradición y riqueza.

Semana Santa, declarada de Interés Turístico Nacional de Andalucía, que viene marcada por la espectacularidad de las calles que, a partir del Jueves Santo, dan vida a los itinerarios por los que procesionan las hermandades. Laberinto de calles encaladas, empinadas y estrechas que muestra su lado más singular en los tramos que transcurren por la ribera del Guadalporcún, al abrigo de su imponente escenario rocoso, donde encuentran refugio sus famosas casas-cuevas.

Es aquí, en las calles cuevas de Sol y Sombra, donde la Semana Santa de Setenil de las Bodegas marca la auténtica diferencia, haciendo gala de esa peculiaridad que la convierte en única tanto a nivel provincial como regional y nacional.

La estrechez que domina buena parte de su itinerario hace que, incluso, en determinadas zonas, las hermandades se vean obligadas a desmontar algunas partes de los pasos para poder pasar.

No obstante, a su recorrido, la Semana Santa de Setenil de las Bodegas suma otras peculiaridades. Este es el caso de sus hermandades, conocidas con los sobrenombres de «Los blancos» y «Los negros» por los colores de sus túnicas.

«Los blancos», pertenecientes a la hermandad de la Santa Vera Cruz (sus orígenes se remontan a 1551) y «Los negros», de Nuestro Padre Jesús Nazareno (fundada después de escindirse entre 1782 y 1863), protagonizan una sana competencia desde hace años. Pulso que redunda en «escenificaciones» más espectaculares cada año.

Competencia que tiene su reflejo en los pasos, las mantillas, el número de penitentes y, de modo muy particular, en la conocida como «guerra de bandas» que, en este tiempo, lleva las hermandades a contratar a las mejores agrupaciones musicales. Tanto es así que, en algunas ocasiones, los pasos de «blancos» y «negros» han contado con el acompañamiento musical de bandas de Reino Unido, Estados Unidos y otros países.

Curioso resulta también que, por lo general, los hijos de las familias setenileñas se convierten en hermanos de la hermandad de los padres, mientras que las hijas siguen los pasos de sus madres.

Singularidades que se escenificarán el Jueves Santo, con la procesión del «Señor ‘Amarrao’ a la Columna y Nuestra Señora de los Dolores»; Viernes Santo, «Padre Jesús Nazareno y Nuestra Señora de la Soledad», «El Silencio» y «El Santo Entierro y Nuestra Señora de los Dolores»; Sábado Santo, «Nuestra Señora de la Soledad» y Domingo de Resurrección, «Cristo Resucitado y Nuestra Señora del Rosario».

A su Semana Santa, Setenil de las Bodegas suma un gran número de atractivos para este periodo vacacional. Atractivos como su aljibe árabe, que se ubica bajo el Torreón almohade de su fortaleza y que servía para recoger el agua de lluvia para poder abastecer a los habitantes de la fortaleza en la Edad Media. O, entre otros, la calle Herrería, considera una de las más bonitas de España y claro ejemplo de un pueblo que ha sabido adaptarse y sacarle el máximo provecho a su entorno rocoso.