Una primavera seca y cálida

Una primavera seca, cálida y corta. Esto es lo que nos espera a partir de este sábado cuando se ponga punto y final a un invierno frío, aunque la nueva estación se estrenará con temperaturas gélidas e incluso nieve en las provincias de Burgos y Soria,

Así lo ha pronosticado este jueves el jefe del Grupo de Predicción y Vigilancia de la Delegación Territorial de la Aemet, Jesús Gordaliza, quien apuntaba que el mes de junio será especialmente caluroso y muy seco.

De hecho, explicaba que hay un efecto colateral del cambio climático que se refleja en las variaciones que experimentan las estaciones. “Observamos que el verano empieza dos o tres semanas antes y acaba dos o tres semanas después de lo que antes era habitual, por lo que es probable que la primavera sea corta”, decía Gordaliza, a la vez que recordaba que la primavera empezará este sábado a las 10,37 hora peninsular y qu elo hará con una fuerte entrada de aire polar que provocará temperaturas más propias de enero.

Un frío que, apuntaba se empezará a notar ya esta tarde noche aunque será mañana cuando se registren temperaturas más bajas, con nevadas significativas localizadas en zonas altas de montaña de la Cantábrica y la Ibérica.

Gordaliza aseguraba que no es aconsejable ir a la montaña y que el abrigo será necesario a todas horas del día, con una jornada de 19 de marzo que se desarrollará prácticamente sin sol y con viento.

Invierno húmedo

Respecto a la estación que se marcha, el invierno, Gordaliza destacaba que, en general, han sido tres meses cálidos y, sobre todo, húmedos. de hecho, aunque enero ha sido el mes más gélido, pero tampoco muy especial sino que ha sido lo habitual y normal respecto a otros años, afirmaba que febrero ha sido el mes más cálido del trimestre con una anomalía positiva de 2,5 grados y el quinto más cálido desde 1961.

Si bien, sí que reseñaba lo “histórico” del primer mes del año en cuanto a que se registraron hasta cinco borrascas de alto impacto prácticamente consecutivas, desde Filomena y Gaetán, que trajeron mucha nieve, hasta Hortensia, Ignacio y Justine con el viento como protagonista, y que abarcó una ola de frío con récord de mínimas y un episodio de temperaturas extraordinariamente altas del 26 al 29 de enero.

En enero hubo 1.241 avisos, de los que cuatro fueron rojos por temperaturas bajas y 201 naranjas, ha concretado, mientras que las temperaturas registradas supusieron 23 grados en Candeleda (Ávila) el 27 de febrero de máximay 22 bajo cero en Radonba (Soria) de mínima el 11 de enero.

Respecto al año hídrológico, que comprende del 1 de octubre al 30 de septiembre, explicaba que en Castilla y León ha llovido el seis por ciento más de lo normal, lo que repercute en los pantanos, pero alertaba de que “no hay que fiarse”, debido a que en lo transcurrido de marzo prácticamente no ha llovido y en lo que queda de este mes tampoco se espera. Y ponía como ejemplo de esta situación que Valladolid capital apenas ha pasado de un litro la precipitación.

Puede llover algún día en Semana Santa

Acompañado del delegado del Gobierno en castilla y León, Javier Izquierdo, el representante de la Aemet se refería también a la climatología que se espera en Semana Santa, aunque este año por la pandemia no habrá procesiones y el turismo se reducirá al de la Comunidad y con restricciones .

Al respecto, Gordaliza aseguraba que, como viene siendo habitual cada año, la Semana de Pasión cumplirá con lo esperado en cuanto a temperaturas, con días un poco más largos y el cambio horario el próximo 28 de marzo que supondrá que a las 20.00 horas aún sea de día.

Y en cuanto a las precipitaciones señalaba que es probable que llueva algún día. De hecho, apuntaba que el primer fin de semana de ese periodo, desde el día 26, Viernes de Dolores, puede ser agradable y que la propia Semana Santa puede seguir la misma tónica, normal en precipitaciones y con temperaturas ligeramente superiores a lo normal.