El Congreso Duero Wine reivindica el terruño y redescubre las uvas minoritarias

Terminadas las catas de los prestigiosos Premios «Zarcillo», donde Castilla y León ha demostrado su potencial al obtener seis de los 16 Zarzillo de Oro que se concedieron, este lunes daba comienzo también en Valladolid a una nueva edición del Congreso de Vinos más importante de España: el Duero Wine , el altavoz de los profesionales del vino, pero también del conocimiento de esta cultura ancestral.

Una cita que reúne hasta hoy a cerca de medio millar de personas en la Feria de Valladolid, entre profesionales y periodistas especializados, para participar en mesas redondas, catas magistrales, ponencias y zonas de exhibición, con especial atención a la cata especial de la añada histórica de la bodega de Alejandro Fernández, recientemente fallecido y un “personaje único en la historia vitinícola de Castilla y León”, en palabras del consejero de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural, Jesús Julio Carnero al que el evento rendirá “un homenaje debido”.

Carnero inauguraba este encuentro con una reivindicación del terruño en la elaboración y producción del vino en Castilla y León. «Sin uvas no hay cubas», decía el consejero al respecto, a la vez que destacaba la apuesta que se está haciendo en la Comunidad por las variedades minoritarias, que se van a redescubrir en este Congreso, mediante la presentación de os resultados de un proyecto de recuperación de estas variedades iniciado años atrás por la Junta.

En concreto, se trata de catorce variedades de va que presentan buenas cualidades enológicas y que son capaces de funcionar bien en el viñedo, como es el caso de la Áurea, Bastardillo chico, Bruñal, Cenicienta, Estaladiña, Puesta en Cruz, Puesto Mayor, Rufete, Serrano Blanco, Tinto Jeromo, Verdejo Colorao, Gajo Arroba, Mandón, Negro Saurí o Negreda.

Una cita, en definitiva, que Carnero llamaba a aprovechar ante la «eclosión» que vive el mundo del vino, y en la que animaba al sector a seguir avanzando en la producción ecológica aunque en los últimos cinco años se está consiguiendo poco a poco al crecer hasta un 20 por ciento.

“Vamos poco a poco pero que aún queda largo trecho que debe hacerse de la mano de los viticultores, agricultores y bodegueros, porque gracias a su buen hacer y corazón, estamos consiguiendo movernos hacia donde queremos estar”, destacaba.

Carnero valoraba también el vino como un elemento económico y turístico de primer nivel y destacaba que a este lado del Duero, en Portugal, la Junta también se fija en lo que están haciendo los portugueses junto a su Douro, “un buen espejo al que mirar para ir en esa misma dirección”, decía el consejero.

Al respecto, alababa la relación hispano-portuguesa de la cita a través de la iniciativa Duero-Douro, porque “detrás de una zona vitinícola rica hay un gran río”, así como la “biodiversidad vitinícola” de la región castellana y leonesa, que conforma una uva “rica por variada y por su calidad”.

Finalmente, Carnero aseguraba que este Congreso convierte a Valladolid en la catedral del vino y que el objetivo principal de esta cita es posicionar nuestros vinos en el panorama internacional con el Duero como fondo.

Castilla y León sigue siendo referente vitivinícola,, y el próximo lunes el medieval castillo de la localidad vallisoletana de Peñafiel, sede del Museo Provincial del Vino, acogerá las quintas Jornadas Técnicas Internacionales de Sumillería de Castilla y León, que incluye ponencias, clases magistrales y catas históricas, como una del Grupo Yllera.