El pueblo dominico y territorio de lobos que asombra por su bodega subterránea de origen romano

En la provincia de Burgos y a escasos 25 kilómetros de Aranda de Duero se encuentra la milenaria villa de Caleruega, cuna de uno de los santos de la Iglesia Católica. Santo Domingo de Guzmán. fundador de la Orden de Predicadores, conocidos como los dominicos.

Un municipio que lo tiene todo para el turista ávido de conocer nuevas experiencias, que forma parte de la lista de los pueblos más bonitos de España, y que, aunque geográficamente se encuentra en un punto de transición entre la sierra de la Demanda y la Ribera del Duero, pertenece a esta última. De hecho, en esta zona situad a mil metros de altitud se elaboran grandes vinos de guarda y, además, cuenta con un pasado vitivinícola que viene, al menos, desde la época romana.

Junto a Caleruega, cruce de caminos entre Astorga y Zaragoza y Tarragona en la época del imperio romano, en las laderas del Monte de San Pedro, la Peña San Jorge, el Pico de la Horca y el Tallar, lugares que circundan el pueblo, el amante del vino puede disfrutar de un paisaje repleto de bodegas subterráneas que son uno de sus principales reclamos turísticos.

Si bien, la más conocida, aunque oculta, es una que se encuentra a unos kilómetros de Caleruega, en el vecino poblado de San Martín de Bañuelos, que es donde según los expertos se encuentra la bodega más antigua de la Ribera del Duero, excavada en piedra y de origen romano.

De hecho, se tiene constancia del primer documento referido al enclave, que data de 1179, cuando perteneció al rey Alfonso VIII, que da nombre a la bodega, aunque podría ser anterior, ya que en esa zona pudo existir una villa romana.

De la bodega, a cuya cava se accede a través de una rampa, se conservan tres paredes y una pila tallada en piedra provista de una canilla, y consta de una única nave de 25 metros de longitud, junto a la cual se disponen hasta doce capillas donde se colocaban cubas y tinajas.

Pero Caleruega es mucho más que buenos vinos y bodegas, ya que por estos lares hay otro protagonista de excepción: el lobo, un animal que forma parte del paisaje que acompaña al río Duero hasta su desembocadura en Portugal.

Caleruega cuenta con numerosas loberas, que son los lugares en los que el pastor y sus rebaños se cobijan y resguardan de noche de su archienemigo ancestral. Lugares que son testigo mudo y viviente de un pasado forjado en lana y leche.

A las afueras del municipio se encuentra el Paraje Natural de Las Loberas, que toma el nombre de estas construcciones populares y pastoriles de forma circular que actualmente se han convertido en un Centro de Interpretación de la Naturaleza, en el que hay un museo y una torre mirador desde la que se puede observar la fauna, que tiene al halcón peregrino, al buitre leonado, el alimoche o el águila imperial como protagonistas, así como la flora de este espectacular entorno en el que abundan los pinares y las milenarias encinas.

Como cuna del fundador de la Orden de los Dominicos, el Monasterio, el Convento y el Torreón de Santo Domingo de Guzmán dan fe de su legado en esta localidad, en la que también hay yacimientos y ofrece rutas de senderismo por la naturaleza.

Otros lugares de interés son la Iglesia de las Madres Dominicas, la Parroquia de San Sebastián, el Monumento al labrador o el Museo Lagar de Valdepinos: un antiguo lagar donde se realizaba el vino rehabilitado como museo para no olvidar la tradición.

Y en verano, para más inri, Caleruega se tiñe de morado gracias al cultivo de lavanda qu eofrece una estampa preciosa que invita a recorrer a pie mientras se respira aire puro y se desconecta del mundanal ruido.