Violencia machista
La "manada de Vilanova i la Geltrú"; "No hubo violación múltiple, el sexo fue consentido"
La Fiscalía mantiene su acusación: pide 14 años de prisión por un delito continuado de agresión sexual a dos de los acusados y 18 años para el tercero de ellos
Dos de los tres acusados de una violación múltiple ocurrida en un piso de Vilanova i la Geltrú en 2018 han reconocido que mantuvieron relaciones sexuales con la víctima, pero han añadido que no fueron grupales, sino individuales y que fueron consentidas.
Ambos lo han reconocido en el juicio celebrado este lunes en la Audiencia de Barcelona, mientras el tercer acusado ha negado que tuviera relación sexual alguna con la víctima.
Los hechos se remontan al verano de 2018, cuando el acusado D. V., que vivía en Vilanova i la Geltrú, conoció a la víctima por Instagram y empezó a chatear con ella.
Según la versión que han dado los acusados, en la madrugada del 1 al 2 de septiembre (sábado a domingo) estos se encontraban en un piso de Vilanova i la Geltrú en el que vivía uno de ellos e invitaron a la víctima, con la que nunca se habían visto, a unirse a ellos, a lo que la víctima aceptó, por lo que la fueron a buscar a Barcelona en coche y volvieron al piso con ella.
Según los acusados, estuvieron un rato charlando en la sala de estar hasta que uno de ellos, J. R., dijo que se iba a dormir y ella le preguntó si podía acostarse con él, por lo que ambos se fueron a la habitación de J.R., que vivía en el piso, y tuvieron relaciones sexuales consentidas.
Según J. R., al terminar la primera relación, la víctima le dijo que avisara a otro de los chicos, A. G., que según ha explicado entró en la habitación, se encontró a la víctima semidesnuda y esta le pidió que mantuvieran relaciones: “Le dije que no, que yo tenía mi pareja. Cuando me iba me pidió que avisara a D. A. para que él también fuera a la habitación”, ha declarado.
D. A., el tercero en entrar, ha reconocido que sí mantuvo relaciones sexuales con la víctima, pero ha insistido en que fueron consentidas y en que no había nadie más en la habitación.
La versión de los acusados añade que, cuando las relaciones sexuales hubieron terminado, la víctima les pidió dinero por ello, a lo que estos se negaron ya que no habían hablado de eso en ningún momento y que más tarde, aprovechando que estos se fueron a dormir, ella les sustrajo los móviles y se fue a la calle.
Uno de ellos despertó por el ruido de la puerta al cerrarse, detectó que le faltaba el móvil, pensó que quizá lo había robado la víctima, fue tras ella a la calle, la encontró, metió la mano en su bolso y halló los móviles de los tres acusados.
Por su parte, la víctima ha relatado que a ella no le dijeron que iban a un piso, sino a tomar algo y que, al aparcar en Vilanova i la Geltrú, ella no quería subir, pero lo hizo para no quedarse sola en el vehículo.
Según ha relatado al tribunal, una vez en la vivienda, pidió ducharse, a lo que los acusados accedieron, y al salir del baño uno de ellos la empujó a una habitación y la forzó a tener relaciones sexuales, a las que ella se opuso forcejeando.
Tras esta primera relación, la víctima ha relatado que los otros dos acusados entraron en la habitación y que entre los tres la violaron varias veces.
No obstante, en su declaración, la víctima ha incurrido en numerosas contradicciones respecto a detalles como el orden de las violaciones, las horas, las veces, si la luz estaba encendida o si tenía acceso a su móvil, que los letrados de la defensa han señalado al tribunal y que ella ha justificado alegando que sus recuerdos eran difusos porque “estaba borracha”.
Ella ha dicho que sí que les pidió dinero pero que no era por su servicio, ya que ella no es prostituta, sino para poder volver a casa, y que cuando estos se negaron, esperó a que se durmieran y se fue llevándose sus móviles para poder identificarlos ante la policía.
Después de salir a la calle y de que uno de los acusados recuperara los móviles sustraídos, la víctima fue a una comisaría de la Policía Local, en la que se le tomó declaración y se
El juicio solo ha contado con un testigo, el compañero de piso de J.R., que ha declarado que él estuvo durmiendo, que no oyó nada extraño y que solo vio a la chica cuando esta se marchaba.
En cuanto a las pruebas, el examen médico que se hizo a la víctima a las pocas horas de la presunta agresión no reveló ninguna herida ni rastro de violencia en su cuerpo.
La defensa también ha esgrimido los mensajes de Whatsapp que ella escribió a varios amigos mientras estaba en la casa, para hacer patente que no pidió ayuda a ninguno de ellos ni refirió nada de los hechos.
La Fiscalía ha mantenido su acusación: pide 14 años de prisión por un delito continuado de agresión sexual a dos de los acusados y 18 años para el tercero de ellos, al que le añade uno contra la salud pública porque la policía le incautó una caja con cocaína cuando se realizó la entrada y registro en el domicilio.
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