Casi ocho años lleva la Cátedra Observatorio de la Vivienda de la UPV radiografiando el estado de la vivienda en Valencia y en su área metropolitana. «No nos imaginábamos que se haría caso omiso a todos los mensajes lanzados», admite el director de esta cátedra Fernando Cos-Gayón en el último informe publicado y que hace referencia al primer trimestre de 2024.

Pese a que el precio no ha dejado de crecer con porcentajes del 10 por ciento en vivienda nueva y alquiler, aplauden que se haya iniciado un nuevo camino en la Generalitat valenciana con el Plan Vive, anunciado recientemente. «Afortunadamente se ha puesto el foco en la necesidad de la construcción de vivienda protegida, y lo hace sobre suelo público, algo que venimos reclamando años».

Sostienen que se trata de la única manera de contener los precios y lanzan una seria aclaración al respecto. Se persiste en el error de negar la falta de vivienda disponible con el argumento de que existen viviendas vacías.

«El desenfoque en este punto es absoluto, pues se juega con su definición, dejando en el imaginario colectivo una casa preparada para entrar a vivir. Nada más lejano de la realidad».

La cifra de estas «viviendas vacías» la da el INE y las define como aquellas en la que no hay suministro eléctrico o su consumo total ha sido menor al que una vivienda media de ese mismo municipio tendría si se ocupara durante 15 días en todo el año».

El informe de la UPV sostiene que la mayoría de estas viviendas se encuentra en estado «ruinoso» y requieren de una costosa intervención para ponerla en el mercado.

«Por ello, no forman parte de la solución a corto plazo, además de que la titularidad es privada y la obligatoriedad de hacer esa inversión a un particular sería más que discutible».

Proponen dar garantías a los propietarios para que puedan asumir el coste de la rehabilitación y que para ejecutar las obras necesarias se movilicen fondos europeos, «que están específicamente para esto, pues mejoran el parque de viviendas de una ciudad».

Por tanto, la Cátedra insta al Gobierno valenciano a desarrollar la normativa y los reglamentos que permitan la convocatoria de los concursos y su adjudicación al sector privado, al que necesitan para resolver esta dramática falta de oferta de vivienda.

1.600 euros de alquiler

En Valencia la mensualidad media por una vivienda de alquiler alcanza los 1.600 euros, un 8 por ciento más que en el primer trimestre de 2023 y un 6 por ciento más que hace tres meses. Se trata, por tanto, de cantidades inalcanzables para una buena parte de la población que se ve abocada a conformarse con el alquiler de una habitación.

En este caso, la Cátedra apunta a que ya adelantaron que la entrada en vigor de la nueva ley estatal de vivienda sería «desastrosa», pues «expulsaría viviendas del mercado tradicional debido a la imposibilidad de que los propietarios vincularan la cuota a la inflación y a la protección a la okupación».

Las consecuencias se miden en las siguientes cifras. En Valencia hay disponibles 1.300 viviendas en alquiler residencial mientras que en el mercado se ofertan 2.100para alquiler de corta duración, es decir, aquellas de menos de 11 meses.

En este sentido, vuelven a realizar una advertencia. Los colectivos que no puedan acceder a la vivienda acabarán en asentamientos «informales» donde no hay condiciones de salubridad ni seguridad.

Ayudas y garantías

Los expertos que elaboran la Cátedra consideran necesario que se activen ayudas directas como las que se pusieron en marcha en los años 90 y también dar mayor seguridad jurídica al propietario para reactivar el mercado del alquiler.

«No cuestionamos que haya que proteger a una familia vulnerable, sino que el coste recaiga en el propietario de una vivienda. Es tan absurdo como que un empleador tuviera que hacer frente íntegramente a la baja por enfermedad de un trabajador de su empresa, sine die».