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El gran tesoro audiovisual que preservará la cultura española contemporánea

Archivo de Creadores nace como resultado de la alianza creativa entre La Fábrica y la Fundación la Caixa para convertirse en uno de los mayores proyectos de salvaguarda cultural creado hasta el momento con participantes como Fernando Trueba, Antonio López, Alberto García-Alix o Patricia Urquiola
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  • Periodista. Amante de muchas cosas. Experta oficial de ninguna. Admiradora tardía de Kiarostami y Rohmer. Hablo alto, llego tarde y escribo en La Razón

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De la misma forma que los amores líquidos de Bauman se desintegran con celeridad pasmosa por el desagüe de la modernidad, puede llegar a desaparecer silenciosa la trascendencia testimonial del creador cultural. Y no precisamente por el exceso de oferta ni la ingente cantidad de reemplazos como apuntaba el filósofo polaco, sino por la ausencia de un soporte que perpetúe su voz. A los autores solo les sobrevive su obra. Queda el cuadro, el libro, el esqueleto arquitectónico de un edificio, la receta ancestral de un guiso, la película, el poema, la fotografía como elemento gráfico de la memoria, la palabra, pero ¿qué ocurre con los nigromantes de todos esos suspiros materiales? ¿Cómo divulgar su pensamiento amplificado, su visión transversal del mundo, su perspectiva íntima de los apegos y el arte, para que no muera? ¿Cómo conseguir que su recuerdo no se reduzca al objeto que legó?
La Fábrica, en connivencia con Fundación la Caixa se ha propuesto ahora dar solución a estos interrogantes y construir conjuntamente un ambicioso proyecto audiovisual sin precedentes que sirva como plataforma garante de la pervivencia de la riqueza de la cultura española a través de conversaciones estimulantes, acentuadas e inspiradoras con un centenar de representantes culturales esenciales. Todos ellos pertenecientes a los distintos y amalgamados campos de creación de nuestro país: desde artistas plásticos hasta filósofos, pasando por cineastas, escritores, actores, arquitectos, cocineros, músicos o directores de escena.
Archivo de Creadores nace por tanto con vocación de sarcófago contemporáneo, algo así como una suerte de almacén de la belleza transferida al que puedan acceder las generaciones venideras cuando se pregunten cuáles eran las convicciones en las que basó su forma de fotografiar la oscuridad de los márgenes alguien como Alberto García-Alix, quieran descubrir las inspiraciones pictóricas que llevaron a Antonio López a configurar su primer lienzo, se interesen por los secretos culinarios de Juan Mari Arzak, los inicios literarios de Antonio Muñoz Molina y su concepto del escritor como sujeto ambulante y chamarilero o sientan curiosidad por conocer la actitud interdisciplinar de una arquitecta de la talla de Patricia Urquiola o el anecdotario cinematográfico que conforma la relación personal y profesional de Fernando Trueba con Billy Wilder. Ilustres figuras convertidas en antorchas de talento que alumbrarán con carácter perpetuo la cultura española en el mundo durante las próximas décadas (se trata de una iniciativa abierta en la que todavía faltan por entrar más testimonios y mayor número de artistas) y que encuentran gracias a esta iniciativa un lugar donde poder hacerlo de manera efectiva.
El formato de las entrevistas se canaliza a través de una doble vertiente: por un lado, la documental y de archivo, mediante diálogos de 10 horas de duración cuya disponibilidad estará en CaixaForum+, la futura plataforma digital de la Caixa. Y por otro la divulgativa, con documentales y podcast de 50 minutos que ya se han estrenado en Amazon Prime Video y Audible, respectivamente. Entre los protagonistas de la primera entrega de Archivo de Creadores nos encontramos con la intensidad narrativa y confesional de voces como las de Alix, creador esporádico de paraísos solo aptos para los más creyentes: “Yo me había ido creando mi propio universo fotográfico. Estaba la agitación, la transgresión, la convulsión, la performance, el descubrimiento de nuevas experiencias psicotrópicas: todo eso eran valores en alza. Ahora se ha perdido, ahora es todo lo contrario. Nosotros salíamos producto de una dictadura, queríamos una vida libre. La droga lleva aparejado siempre eso: mala suerte y dolor. Las drogas pueden con el amor, pueden con el dolor y destruyen toda ambición de ser. Esa fue mi lucha: que la droga no tapara mi ambición de ser. Aprendí a ser creador de mis imágenes. Yo también soy un perdedor, por eso me autorretrato tanto, por dignidad”.
También con el relato encantador de Fernando Trueba sosteniendo la estatuilla dorada en ese ascensor compartido con Paul Newman la noche en la que recoge el Oscar por “Belle Époque”, la iluminadora honestidad de Isabel Coixet: “De las pocas cosas que tengo claras en la vida es la narración y creo que las palabras no se me dan mal, pero sentía que se me daban mejor las imágenes. Las películas son como mensajes secretos que uno tira al mar, pero para mí el mérito de esos mensajes es cuando no van firmados. Pero si uno firma ese mensaje, ya hay un querer ser indie y yo no quiero hacer como que hago, yo quiero hacer. Me espanta la pomposidad, el artificio, la pretensión”. O con la dignidad oral de Antonio López: “El arte está por encima de todo. De los credos políticos y sociales. El arte es algo sagrado, lo que queda. Se ha convertido en algo muy difícil porque es selecto. Es el idioma que necesitas conocer para no quedarte fuera y en el arte antiguo eso no pasaba. Nadie se quedaba fuera”, admite en una de las intervenciones el de Tomelloso. Por suerte, ahora, todos ellos van a quedarse dentro. Dentro de las líneas subrayadas que bordean el tiempo. También de nosotros. Y de los que vendrán.