En respuesta a Fernando Suárez: el rector del colegio de Bolonia es Juan J. Gutiérrez Alonso

El pasado 3 de junio, el político y economista D. Ramón Tamames, firmante de la Constitución Española de 1978, publicaba en estas páginas un delicioso artículo sobre una, como él bien señalaba, institución única: el Real Colegio de San Clemente de los Españoles de Bolonia. Unos días después, el día 12 de junio, en una carta dirigida al Director de este periódico, Fernando Suárez, último ministro vivo de Franco, corregía al veterano intelectual apuntando que el Rector del Real Colegio es en realidad D. Ángel Martínez Gutiérrez, y no D. Juan J. Gutiérrez Alonso, como indicaba Tamames en su artículo. Esto no es cierto.

El antiguo ministro, autoidentificándose como miembro del Patronato del Colegio a pesar de que los colegiales no le reconocen como tal, esgrime como argumento para sostener sus afirmaciones un Real Decreto de S.M. el Rey, que acreditaría tal circunstancia. Pero lo cierto es que ese Real Decreto al que hace referencia Suárez (el número 108/2015, de 21 de febrero) continúa “sub iudice” en los tribunales y nunca se ha ejecutado. Es decir, que el Sr. Martínez Gutiérrez nunca ha tomado posesión del cargo ante la negativa del Presidente y Patrono del Real Colegio. Fue en primer lugar D. Íñigo de Arteaga y Martín (ya fallecido) quien lo denegó ante la queja de más de un centenar de antiguos colegiales, debido a las presuntas irregularidades y anomalías producidas en su nombramiento, consistentes, entre otras, en la propuesta de un contrato por un año a prueba y la posterior publicación en BOE del Real Decreto al que hacía mención Fernando Suárez en su carta. Ahora es su hijo, D. Iván de Arteaga y del Alcázar, quien tampoco consiente que el Sr. Ángel Martínez desempeñe el cargo, por los motivos que ya defendiera su padre y por comportamientos posteriores del propio Martínez, que hasta en dos ocasiones ha intentado entrar físicamente (y de no muy buenas maneras) en el Colegio de Bolonia.

Además, estatutariamente se encuentra contemplado que el plazo para el desempeño del cargo de Rector sea de seis años, los cuales, ya en 2022, han expirado. Es obligado aquí diferenciar, por tanto, entre acto de nombramiento y toma de posesión, con la singularidad añadida de que es este un ente privado, como ha reconocido el Tribunal Supremo en sentencia de 13 de octubre de 2021. Sentencia que, por otra parte, tuvo amplia cobertura periodística, también desde estas páginas, debido a que tanto el Gobierno como su Consejo de Estado sostenían el carácter público (perteneciente al Estado) del Colegio.

Por su parte, el profesor D. Juan J. Gutiérrez Alonso fue nombrado Rector del Colegio en la reunión de junta de patronato de 27 de julio de 2017. El diplomático D. Roberto Varela Fariña, como representante del Ministerio de Asuntos Exteriores, participó en aquella reunión sin manifestar oposición a este nombramiento, tal y como refleja el acta notarial. Sin embargo, maniobras posteriores, que obedecen a intereses que nada tienen que ver con preservar el legado del Cardenal Gil de Albornoz, han impedido que se evacuara el acto regio según disponen los Estatutos del Colegio. Esto, como es lógico, no desmerece el nombramiento del único órgano de gobierno del Colegio, que es su junta de patronato, ni tampoco el ejercicio del cargo por parte de D. Juan J. Gutiérrez Alonso. Por si todo esto fuera poco, una resolución judicial del Tribunal de Milán, de 29 de septiembre de 2020, impidió al Sr. Martínez el control de las cuentas bancarias del Colegio, denegándole con ello el reconocimiento solicitado y evidenciando que el cargo se encuentra ejercido por otra persona. Así pues, lo cierto es que el Sr. Ángel Martínez Gutiérrez nunca ha tomado posesión del cargo de Rector, nunca ha desempeñado las tareas inherentes al cargo y, además, el periodo de tiempo para su desempeño, según el artículo número 19 de los estatutos del Colegio, ha expirado.

Consultadas fuentes colegiales al respecto, no dudan en señalar que el Sr. Martínez nunca tuvo la confianza del Patrono ni de los propios colegiales. Estos, que deben acreditar una conducta irreprochable para ser beneficiarios de las becas que la fundación otorga anualmente, siempre consideraron que su designación obedecía a una maniobra ministerial para conseguir modificar los estatutos del Colegio y, de igual modo que se ha hecho con la Obra Pía de Roma, conseguir el control de la institución.

Según hemos podido saber, el Sr. Martínez atraviesa además una complicada situación judicial. En Jaén, donde ejerce como catedrático de Derecho Mercantil, ha sido recientemente condenado por coacciones a su propio hermano, con sentencia de 27 de enero de 2022, y son varias las acciones judiciales aún pendientes que enfrenta. Sería difícilmente defendible, por impropio e inaceptable, que una institución como el Real Colegio de San Clemente de los españoles en Bolonia, fundado por el Cardenal Gil de Albornoz en 1364 y que, a día de hoy y desde entonces, acoge a brillantes estudiantes a los que se exige acreditar una conducta irreprochable además de excelentes calificaciones, viera ejercida su dirección y rectoría por alguien incapaz de acreditar similar probidad.