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Cine

“Fire of Love”: amar con la fuerza de un volcán

El documental de Sara Dosa se estrena este viernes narrando la curiosa historia de amor entre los vulcanólogos Katia y Maurice Krafft

«Fire of Love» se estrena en España después de triunfar en festivales como el de Sundance
«Fire of Love» se estrena en España después de triunfar en festivales como el de SundanceCARAMEL FILMS

Antes de responder, el rostro de la directora Sara Dosa dibuja una sonrisa. La pausa, en realidad, es casi toda para dar forma a una idealización. «Creo que necesitaría varias entrevistas para definir la unión entre Katia y Maurice Krafft. Vivían en un triángulo de amorcon los volcanes, así que es como si hubiera siempre tres protagonistas en la historia. Estaban unidos por la curiosidad y la pasión que despertaban en ellos los volcanes como fuerza de la naturaleza. Su pegamento era este tipo de entes majestuosos, insondables y misteriosos. Y eso les permitió llevar una relación sentimental casi en un plano místico. Quizá sea hiperbólico, pero cuando estás tan enamorado de algo y encuentras a alguien que comparta tu pasión… todo tiene unos tintes trascendentales», explica emocionada, quizá en épica, la documentalista.

"Fire of Love" ganó el premio al Mejor Montaje en el pasado Festival de Sundance
"Fire of Love" ganó el premio al Mejor Montaje en el pasado Festival de SundanceCARAMEL FILMS

Dosa, una de las voces privilegiadas del documental en Estados Unidos sin cumplir todavía los 40 años, ha conseguido atar en corto una de las bestias más salvajes del cine en «Fire of Love», que se estrena este viernes y que no es más –ni menos– que el relato de la relación romántica que unió durante tres décadas a Maurice y Katia Krafft. Los, en su momento, vulcanólogos más famosos del mundo, equiparables en popularidad televisiva y divulgativa en Francia a Jacques Cousteau o a nuestro Félix Rodríguez de la Fuente, son aquí objetos y sujetos: en apenas unos brillantes noventa minutos de metraje, Dosa nos explica su relación científica, su descubrimiento romántico y lo importantes que fueron para la prevención moderna de catástrofes relacionados con la erupción de los titanes de lava. «Ambos acabaron aprendiendo, también, a confiar el uno en el otro a un nivel superior, puesto que no hacerlo les podía suponer la muerte tan cerca de los volcanes. Tenían que entender las motivaciones del otro, sus gustos y sus manías. Ese tipo de trabajo, tan adrenalínico, les forzó a conocer al otro como a sí mismos. Incluso si tenían malentendidos o discusiones, la reconciliación era catártica porque se necesitaban el uno al otro para seguir haciendo ese trabajo tan bonito, tan extraordinario», completa Dosa.

Un triunfo cinematográfico con aroma a Óscar
Pese a la dimensión actual del proyecto, con el aval del Festival de Sundance y el estreno en mercados tan remotos como el nuestro, Dosa tuvo bastantes dificultades para sacar el documental adelante. «Seguía pensando que era un pequeño capricho, un sueño que me habían dejado cumplir. Pero luego llegó National Geographic y todo cambió», confiesa la directora, cuyo trabajo fue comprado para ser distribuido por el gigante del género (propiedad ahora de Disney). Todavía sin ningún tipo de confirmación oficial, Dosa sí se atreve a hablar de la versión ficcionada de su relato: «Me gusta la idea de John C. Reilly y Tilda Swinton como protagonistas de una hipotética película».

Carisma magmático

El origen de «Fire of Love», que llega este viernes a los cines tras hacerse con el premio al Mejor Montaje en el pasado Festival de Sundance, pasa por el anterior proyecto de Dosa. Durante la edición de «The Seer and the Unseen», de 2019, la directora pidió imágenes de archivo de volcanes en erupción bajo el mar: «Así es como llegamos a Katia y Maurice Krafft, sobre todo a su trabajo en Islandia en primer término. No es que hubiera mucha gente filmando volcanes en los setenta en Islandia, así que fue fácil seguirles el rastro. Ahí, a partir de la investigación, fue cuando descubrimos sus personalidades tan carismáticas, tan juguetonas, tan artísticas», añade.

Algo menos de veinte meses después, Dosa y su equipo ya habían recuperado la práctica totalidad de las filmaciones y apariciones televisivas de los Krafft, pero se enfrentaban al reto de definir cinematográficamente una relación en la que era normal escuchar frases como «le sigo porque, si muere, me gustaría estar con él» o «la historia de amor de mi vida solo se puede escribir con Katia y los volcanes como entes inseparables»: «Sabían que podían morir en cualquier momento, por eso decidieron vivir la vida de la manera más intensa, más significativa posible», explica la directora sobre un viaje, el de la película, que nos lleva desde la exploración más pueril y aventurera, la de la pura adrenalina, a la más reflexiva y estrictamente científica, esa que durante la última década de su vida les llevó a diseñar sistemas de prevención y a grabar más de 200 horas de material divulgativo sobre el peligro de los volcanes y sus emisiones.

Katia Krafft en el monte Etna, en 1972. (Credit: Image'Est)
Katia Krafft en el monte Etna, en 1972. (Credit: Image'Est)CARAMEL FILMSImage'Est

Desde lo romántico, casi bordeando el realismo mágico y tonteando con los manierismos de la «nouvelle vague» a la hora de montar la película, Dosa consigue que «Fire of Love» huya del tedio y, de verdad, haga entender al espectador cómo es aquello tan grandilocuente de «amar con la fuerza de un volcán». Y lo hace, además, a dos niveles: primero en un plano afectivo, narrando la historia de una mujer devota por el único hombre con el que compartía su pasión y tejiendo también las luces y sombras de un marido complejo que solo se veía en el brillo magmático de los ojos de su esposa; y además, el documental es bravo en su pretensión más didáctica, explicando siempre el porqué de las cosas, acercándose al desconocimiento e incluso, y de manera apabullante, a la inacción política.

«Además de todo lo rodado, que se acerca mucho a lo poético pese a que Maurice siempre negó ser un cineasta, escribieron más de 20 libros juntos. Eso nos ayudó, a mí y al equipo, a encontrar el tono adecuado para la película, siempre juguetón, siempre original», confiesa Dosa, que ha acreditado a su montajista como guionista y que, en «Fire of Love», también se sirve de pequeñas y tiernas piezas de animación que terminan de redondear la película.

El legado de una pareja única
Una de las aportaciones más tristemente infames de los Krafft a la ciencia se dio al final de su carrera, allá por 1991. Tras varias semanas alertando a las autoridades locales, e incluso llegando a redactar un protocolo de emergencia junto a científicos y vulcanólogos de la zona, poco pudo hacer el matrimonio ante la erupción del monte Nevado del Ruiz, en Colombia. Alrededor de 23.000 personas perdieron la vida y otras 5.000 resultaron heridas en la mayor catástrofe volcánica de la historia del país y el continente. Gracias a las filmaciones de los Krafft y a la magnitud de la tragedia, muchos países quisieron adoptar sus planes de contingencia y prevención, sobre todo en Asia-Pacífico, donde apenas se contaba con estos sistemas a finales del siglo pasado.

Por si fuera poco, y casi como si de un giro novelesco se tratara, Dosa se deja para los últimos minutos el increíble final de los Krafft. En 1991, y en plena campaña de concienciación por la actividad volcánica de los montes «grises» (los peligrosos por el humo, en oposición a los «rojos», de lava y simplemente espectaculares), el matrimonio se trasladó a Japón con motivo de la erupción del Unzen. Allí perderían, juntos, la vida. «Siguiendo el rastro de las cenizas, días después se descubrió que no se separaron en ningún momento», narra la voz de la actriz Miranda July justo para fundir a miles de grados hasta al corazón más acostumbrado al basalto.