Un fenómeno de masas llamado “One Piece Film: Red”

Más de 16 millones de euros. Eso es lo que ha recaudado, solo en Japón, «One Piece Film: Red», última incursión en el cine de Luffy y la banda de piratas del sombrero de paja. A estas alturas -con más de 1.000 episodios del anime ya emitidos- y convertida la franquicia en el patrón oro de la animación japonesa, pocos son ajenos a qué significa la saga para millones de fans en todo el mundo, pero hay quien se atreve a intentar explicarlo: «Uno siempre espera que sus proyectos funcionen bien, pero la acogida no ha podido ser mejor. Es importante, porque refuerza nuestra fe en la franquicia y, además, nos habla de la renovación entre los fans. Ahora, casi cualquier persona, en casi cualquier parte del mundo, tiene acceso a todo lo que se ha hecho alrededor de la serie», declara a LA RAZÓN Goro Taniguchi, director del nuevo filme y guardián de las esencias del universo creado por el maestro Eiichiro Oda.

Y sigue, sobre el éxito de la franquicia en España, donde brillando desde los tiempos dorados de las autonómicas, el anime ha conseguido seguir siendo relevante en la era de las plataformas : «Creo que lo importante es la universalidad de las situaciones. Hay drama, hay elementos cómicos y hay aventuras de piratas, pero hay una historia en la que todo el mundo se puede ver reflejado. Son veinte años de trabajo, de mérito compartido, que la gente siempre agradece».

Un musical de acción

¿Qué aventura tienen por delante, entonces, Luffy, Zoro, Nami, Sanji y el resto de la banda? La acción de «One Piece Film: Red» comienza en alta mar, donde los protagonistas acuden al concierto de Uta, una superestrella del pop que bien podríamos equiparar a una mezcla entre Dua Lipa y cualquier “Idol” del K-Pop. Allí descubrirán que se trata de la hija adoptiva del mítico Shanks el Pelirrojo, principal inspirador de Luffy para buscar el tesoro que da nombre a la serie y, aquí, sombra omnisciente y principal preocupación del argumento más allá del mundo de la serie: la película es una excusa para descubrirnos a un Shanks que no conocíamos.

Taniguchi, que asesoró a Oda a finales de los noventa y que, de hecho, dirigió la primera adaptación al anime -la película, de 1998, quedó fuera del canon oficial de la franquicia y se hicieron cambios importantes a nivel argumental-, explica la implicación del maestro en el nuevo proyecto: «Mi primer recuerdo con Oda pasa por su visión. Siempre tuvo claro que la serie debía trascender a lo estrictamente japonés, aspirar a ser una historia universal. En esta película ha ejercido como productor, y su celo sobre el producto, en realidad, ha estado más centrado en la música», completa el director.

Así, «One Piece Film: Red», además de una aventura a lo grande, donde se nota de verdad la inversión presupuestaria de Toei, funciona casi como un musical. Las canciones de Uta, interpretadas en el japonés original por la jovencísima estrella Ado, se intercalan con las impresionantes peleas habituales de la saga. «El carácter musical de la película complicó el proceso habitual, pero merecía la pena intentar algo nuevo, algo fresco para la franquicia», se despide un atareado Taniguchi, pendiente ahora de su propio proyecto transmedia (manga, anime y videojuego conjunto).