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Solo los militares lo saben: este es el origen de la expresión 'irse a la porra'

A esta frase se suele recurrir en momento de hartazgo, aunque su uso no se considera de buena educación
Solo los militares lo saben: este es el origen de la expresión 'irse a la porra'
Soldado resguardándose
Carlos Olmo
  • Carlos Olmo López (Ávila, 2000) estudió comunicación audiovisual en la Universidad Rey Juan Carlos siguiendo su vocación por la escritura. Inició su carrera profesional en Radio Adaja, aunque también ha trabajado en el mundo del espectáculo y en pódcast. En la actualidad, colabora con La Razón

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Hay formas y formas de intercambiar palabras o desacuerdos de opinión con los demás, aunque por lo general intentamos regirnos por principios de cordialidad y respeto mutuo. Sin embargo, cuando nuestro interlocutor no ha hecho sino faltarnos al respeto o hemos llegado al punto crítico de hartazgo, es normal terminar ‘explotando’ o abandonando la conversación de malas maneras.
En la dialéctica no solo cabe la discusión pausada, muchas veces la crispación se come al civismo y surgen los reproches y ataques fuertes. Para evitar escaladas de tensión, como ninguno de nosotros es perfecto, acabamos optando por finalizar la disputa verbal de inmediato, sin mediar más palabras.
Existen decenas de expresiones para hacerle saber al otro que no queremos continuar hablando con él, algunas más ofensivas o directas. Muchas veces tienen en común el indicarle al interlocutor que se marche a un lugar indeseable o a realizar una acción poco agradable, como ‘vete por ahí’ o ‘vete a freír espárragos’.
Espárragos verdes
Espárragos verdesUnsplash
El curioso término del que hablaremos hoy se encuentra en esta línea de destinos poco apetecibles a los que enviar al contrincante, aunque no resulta tan ofensiva como otras. Sin embargo, procede de una jerga de un grupo muy concreto de la población, aunque más tarde se extendió al resto de la sociedad, hasta nuestros días.

Solo los militares lo saben: este es el origen de la expresión 'irse a la porra'

La expresión “irse a la porra” o su forma imperativa “vete a la porra” tiene su origen en el ámbito militar y ha evolucionado hasta convertirse en una frase popular en el español coloquial actual. Se cree que su historia se remonta al siglo XVIII, cuando el ejército español utilizaba un bastón especial denominado ‘porra’ como símbolo de autoridad.
En los cuarteles militares de la época, los sargentos solían portar esta especie de garrote o bastón de mando llamado ‘porra’. Además de como símbolo de autoridad, este objeto también servía a una función prácticas: era utilizado para imponer disciplina entre los soldados.
Militar de espaldas
Militar de espaldas
Cuando uno de ellos causaba problemas o faltaba al código, su superior le ordenaba que se alejara hacia un lugar apartado del campamento, donde normalmente se colocaba la famosa ‘porra’. Este sitio era una especie de “zona de castigo” o de confinamiento temporal, apartada de la actividad principal del cuartel.
Entonces, para reprimir el mal comportamiento o la indisciplina de un soldado, el sargento gritaba algo así como “¡Vete a la porra!”, mandándole a este lugar para que reflexionara sobre ello. Sin embargo, con el tiempo la expresión trascendió el ámbito militar y comenzó a utilizarse en el habla popular cotidiana.
Hoy en día, se utiliza para expresar fastidio o enojo con alguien (equivalente a ‘lárgate’ o ‘déjame en paz’), aunque también cuando se quiere le indicar a alguien que se marche lejos, generalmente de forma brusca o despectiva. En algunos casos, se usa de manera más ligera, con un tono humorístico o amistoso, aunque depende mucho del contexto y la relación entre los interlocutores.
Hay incluso quien utiliza ‘vete a la porra’ para expresar incredulidad, como sinónimo de “anda ya” o “no me lo creo”. Esta clase de ‘porras’ han desaparecido de los ejércitos, pero en algunos países del mundo los bastones de mando siguen existiendo como símbolo de autoridad en el ámbito militar.