Sección patrocinada por sección patrocinada

Premios Goya 2023

Las nuevas maternidades del cine español: sin ellas, ni humanidad ni belleza

A escasos días de la ceremonia de los Goya, analizamos con las nominadas Alauda Ruiz de Azúa y Pilar Palomero, directoras de «Cinco lobitos» y «La maternal», los nuevos códigos de representación de la figura materna en el audiovisual

Alauda Ruiz de Azúa ha sabido aportar con "Cinco lobitos" una mirada distinta sobre la maternidad
Alauda Ruiz de Azúa ha sabido aportar con "Cinco lobitos" una mirada distinta sobre la maternidadVictor Bensusi

Al término de una de las películas más íntimas y extrañamente normativas de Pedro Almodóvar, se puede leer la siguiente dedicatoria sobredimensionada sobre unos grandes cortinones rojos: "A Bette Davis, Gena Rowland, Romy Schneider... A todas las actrices que han hecho de actrices. A todas las mujeres que actúan. A los hombres que actúan y se convierten en mujeres. A todas las personas que quieren ser madres. A mi madre". No es de extrañar que alguien que dedica de forma explícita una obra de la intensidad de "Todo sobre mi madre" a la persona que le dio la vida (y reconoce además su concepción genérica de la madre como la figura más importante en el cine, aquella sobre la que se puede hacer cualquier tipo de película de cualquier género), cubriera el rostro con sus manos para intentar frenar la emoción que le desbordaba por entero hace unos días, durante la recogida del premio honorífico otorgado por los Feroz a toda su trayectoria, al ver la cara de la suya, de Francisca, en la pantalla: "Habéis puesto una imagen de mi madre diciendo que le llamara y es demasiado duro y demasiado emocionante", reconoció entre lágrimas el manchego.

Tampoco sorprende ni pertenece a la dudosa categoría de las casualidades, el hecho de que el director Ramón Salazar encontrara en la realización de una película como "La enfermedad del domingo" (esa devastación ritualística de oscuridades maternofiliales encabezada por Barbara Lennie y Susi Sánchez) la forma más honesta de devolverle el favor a sus abuelas, a sus tías y especialmente a su madre, por haber ejercido de heroínas, por existir, por haberle salvado, a fin de cuentas, la vida, porque, tal y como declaró él mismo en una entrevista con este periódico, "la figura de la mujer –mis abuelas, mi madre, mis tías o mis compañeras de instituto– siempre me hizo de parapeto".

Lugares distintos

La maternidad en el cine siempre ha funcionado como un enorme catalizador temático de todos los perdones de los creadores masculinos de las obras o, en el peor de los casos, como una suerte de herramienta de juicio con la que alimentar el señalamiento a las mujeres que no la ejercían de forma correcta para poder ensalzar la abnegación de las que conseguían exactamente lo contrario. Madres arquetípicamente sacrificadas que son capaces de renunciar a todo por el bienestar de sus hijos aunque esa entrega vaya en contra de sus propias necesidades, madres que no caen bien, malas madres, madres malas, madres emocionalmente enquistadas cuyos mejores momentos con sus hijas se producen cuando hablan con ellas del pasado, madres locas y demasiado viscerales que conectan con su descendencia desde el estómago pero nunca desde la serenidad de lo cerebral.

Carla Quílez y Ángela Cervantes en "La maternal"
Carla Quílez y Ángela Cervantes en "La maternal"Imdb

Bien por el evidente predominio de la mirada masculina a la hora de confeccionar historias de intimidad cotidiana, bien por la rémora que supone esa interiorización patriarcal de ellas a la hora de filmar, lo cierto es que llevábamos varios años –salvo honrosas excepciones como en su momento "Solas" de Benito Zambrano, "La enfermedad del domingo" anteriormente mencionada de Ramón Salazar, "Viaje al cuarto de una madre" de Celia Rico, "Los días que vendrán", de Carlos Marqués-Marcet, "Verano 1993" de Carla Simón o "Ama" de Júlia De Paz Solvas por mencionar algunas– sin disfrutar de un escaparate significativamente diverso en el que las narrativas audiovisuales sobre los distintos tipos de maternidades se parecieran a cosas tan reales como las ojeras, la imposibilidad de conciliar en una pareja de treinta años con dos sueldos, la adquisición de cargas heredadas en el momento de la crianza, el cansancio, el miedo, el desapego, las contradicciones emocionales, la sensación continua de fracaso o la anulación automática de preocupación por uno mismo que se produce cuando das a luz.

"Estamos redefiniendo la maternidad desde el cine, contándola desde distintas experiencias, personajes y puntos de vista"

Alauda Ruiz de Azúa

"Tengo la sensación de que hay como una necesidad después de todo lo que ha pasado con el #MeToo, los cambios de punto de vista, el hecho de que nos estemos revisitando o recontándonos gracias a una perspectiva de género que hace unos años no estaba tan encima de la mesa de afrontar el tema desde un lugar distinto. Creo que durante mucho tiempo la maternidad se ha usado para juzgarnos a las mujeres, había mucha carga de juicio en los tratamientos que se hacía de ella y ahora estamos redefiniéndola y contándola desde distintas experiencias, personajes y puntos de vista para reparar eso, para decir oye, no se nos puede seguir juzgando desde estas herramientas patriarcales", reconoce risueña y convencida Alauda Ruiz de Azúa para LA RAZÓN al otro lado del teléfono cuando apenas quedan unos días para la ceremonia más importante de nuestra cinematografía. "Estoy con una sensación muy gustosa la verdad, de felicidad, de observar todo lo que ha pasado hasta este momento. Nosotros llevamos al fin y al cabo un año con esta peli desde que estrenamos en Berlín. De momento tengo pocos nervios, pero también es verdad que yo soy de ponerme poco nerviosa cuando llegamos a los eventos. Ahora mismo lo que tengo son ganas de ver a todo el equipo, celebrarlo con ellos, va a ser de hecho como la primera vez que nos reunamos ahí todo el equipo en Sevilla. Tengo ganas de celebrar”, afirma.

Susi Sánchez y Laia Costa en "Cinco lobitos"
Susi Sánchez y Laia Costa en "Cinco lobitos"Imdb

La artífice de "Cinco lobitos", cinta milagro de gradual recorrido triunfante que parte con once nominaciones para la carrera de premios de los Goya que se celebran este sábado 11 en Sevilla –entre ellas a mejor película y a mejor dirección novel para la directora bilbaína– constituye una de esas voces femeninas "culpable" de que los retratos sobre la maternidad estén progresivamente amplificándose y distanciándose del estereotipo polarizado (o buenísimas o malísimas) o del cliché gratuito que predominaba antes: «Es verdad que cuando empecé a pensar en “Cinco lobitos” yo tenía la sensación de que no había como un relato que a mí en concreto que acompañara o me hiciera sentir del todo representada. No me gusta generalizar porque sí que ha habido grandes personajes maternales en el cine español y en el cine en general, pero yendo más al mundo de las fórmulas y las tendencias sí que es verdad que yo sentía que había habido un poco de abuso en el recurso de la madre loca, o de la madre heroica capaz de cualquier cosa por amor. Había excepciones, pero digamos que el relato más masivo que yo percibía era este y luego también, había una cuestión más generacional que notaba escasa. Algo que hablara directamente a mi generación: hemos tenido los hijos más tarde, cosa que de repente hace que veamos a nuestras madres de otra manera y al mismo tiempo no aboca a cuidar de nuestros hijos y también de nuestros padres», admite sobre una realidad reciente, la de ser madre, que conoce bien.

"La maternidad es una de las cosas que más te pueden cambiar la vida, por su condición de irreversible"

Alauda Ruiz de Azúa

"Cuando me preguntaban al principio si esta historia es autobiográfica, por honestidad decía que no, porque no es exactamente lo que me ha ocurrido a mí, pero sí que siento que hay como una autobiografía emocional, más que de hechos. Para mí sí que cambió la forma en la que me relacionaba como hija cuando me convertí en madre, fue muy inmediato el hecho de que tanto a mi madre como a mi padre les empecé a ver desde otro sitio y a entender cosas que pensaba que entendía pero que en realidad no: cosas de cómo había sido su relación, los humanicé mucho más de lo que solía hacerlo antes, entendí que también habían sido jóvenes, que habían tenido dilemas, que habían tenido crisis, que la paternidad y la maternidad también les había supuesto una serie de renuncias. Sí, básicamente los humanicé mucho más", desarrolla la directora sobre uno de los epicentros narrativos de "Cinco lobitos" (es decir, el trasvase generacional de red de cuidados que se produce cuando al convertirnos en madres seguimos teniendo que ser hijas) y clave narrativa de esas nuevas maternidades desidealizadas y verdaderas en las que la primeriza se siente la peor persona del mundo porque se le ha caído el bebé de la cuna. "Tú te tiraste varias veces desde la cuna y hablas varios idiomas. Venga mujer, que no es nada. Los niños se caen Amaia", le dice una descomunal Susi Sánchez (Begoña en la cinta) a su hija (Laia Costa) en un extracto de la película mientras esta última llora desconsolada. Pero nada merece esa angustia, porque, efectivamente, los niños también se caen y el mundo no se apaga.

En "Cinco lobitos", Laia Costa da vida a una madre primeriza
En "Cinco lobitos", Laia Costa da vida a una madre primerizaImdb

«La verdad es que convertirse en madre o padre es una experiencia muy compleja. A día de hoy creo que es de las cosas que más me ha cambiado en general tanto como cineasta como persona a la hora de mirar el mundo. La maternidad es una de las cosas que más te pueden cambiar la vida por su condición de irreversible: no es un trabajo que puedes coger y puedes dejar, una pareja, una relación sentimental que puedes elegir, o la soledad. Tener un hijo o una hija es un compromiso para siempre, una responsabilidad de por vida y pasan cosas muy complejas en todo ese proceso de crianza. La maternidad me trajo cosas muy buenas, alguna igual un poco más complicada de gestionar, mi balance no es perfecto, pero sí es positivo. Es curioso eh, porque hay algo en el hecho de tener un hijo, en los días, en la crianza que hacen que de repente te empieces a relacionar con el tiempo y con la rutina de otra manera y eso te lleva a preguntarte también qué estás haciendo con tu vida, qué te gustaría hacer y creo que como cineasta, el hecho de ser madre, me llevó a fijarme muchísimo más en lo cotidiano», confiesa.

Cuando no toca

Es en ese nivel de detalle, de aprecio delicado por la observación pormenorizada de lo que pasa a lo largo de un día, y en este caso, en el interior revolucionado y confuso de una adolescente de catorce años que se queda embarazada y se convierte prematura y antinaturalmente en madre, donde Pilar Palomero, el otro bastión autoral que este año parece haberse unido a los propósitos redefinitorios de Ruiz de Azúa en lo que a maternidades en el cine español se refiere –y contando además con tres nominaciones, entre ellas, a mejor película y a mejor dirección– ha querido detenerse en «La maternal». Asegura Palomero, experimentada ya en eso de recoger cabezones después de triunfar hace un par de años con «Las niñas», que al tratarse de su segunda película, después del éxito cosechado con la primera, "ha sido un proceso en el que he tenido que aprender a lidiar con los miedos, con las inseguridades. Pero al mismo tiempo sintiéndome muy agradecida precisamente por eso, era mi segunda película y la estaba pudiendo hacer al poco de haber estrenado la primera. También porque es una película que se ha hecho como yo creo que hay que hacerlas siempre, a corazón abierto y había un nivel de exposición importante, no por la temática sino por cómo ha sido rodada y todo lo que emocionalmente pusimos en la película".

"Cinco lobitos" y "La maternal"
"Cinco lobitos" y "La maternal"Marta Moleón

Pese a la orientación que pueda sugerir el título, la cineasta asegura que en ningún momento se aproximó a “La Maternal” "sintiendo que era una película sobre la maternidad. Ya sé que suena un poco raro, pero es así. Era muy importante para mí transmitir la idea de vivir en la adolescencia algo que por edad no te toca. Lo enfoqué todo el tiempo a cómo lo vivía Carla, la protagonista, pero a nivel emocional: no en el sentido de si hacía colecho o no, si le hacían cesárea o tenía un parto natural… he intentado centrarme en el proceso psicológico que atraviesa una chica a la que biológicamente no le corresponde convertirse en madre”.

"Cuando vi “Cinco lobitos” sentí que por fin había un retrato de cómo vivimos la maternidad hoy en día las mujeres"

Pilar Palomero

Y añade con madurez: «en el momento en el que tú hablas de una maternidad a los catorce años, no hay ningún elemento que pueda unirlo con la maternidad que vives a los treinta y más en las circunstancias que yo retrato en la película, pero sí que es verdad que como espectadora he percibido muchísimo cómo se ha bajado a la tierra a la hora de representar el rol de la madre en el cine. Cuando vi “Cinco lobitos” por ejemplo, lo sentí enseguida, por fin había un retrato de cómo vivimos la maternidad hoy en día las mujeres, qué implica, cómo se concilia con el trabajo, con la familia, cómo asumimos obligaciones y cargas extremas», como el caso de su madre: «ella también lo vivió, porque ya trabajaba y tenía tres hijos. A mí me llevó a la guardería con seis meses. Pero es verdad que cuando crecí me di cuenta de que era un caso muy exclusivo el de mi madre, que la mayoría de las madres de mis compañeras (y de hecho eso lo retraté en “Las niñas”) eran amas de casa, se dedicaban a la crianza por completo y bueno, ya era hora de reflejar esta maternidad de la que estamos hablando en la que te toca ser madre, mujer trabajadora, en la que te toca básicamente, serlo todo». Incluso, como canta Rigoberta, generadoras por derecho de humanidad y belleza. Porque hasta para eso, son capaces de sacar tiempo.

Ambas hablan de cambios en la industria coincidiendo con un año en el que de forma casi excepcional hay más trabajos dirigidos por mujeres nominados en la categoría de mejor película en los Goya que proyectos encabezados por hombres (recordemos que hay tres películas dirigidas por mujeres ("Alcarràs", "Cinco lobitos" y "La maternal") que optan al máximo galardón, dos mujeres directoras; Carla Simón y Pilar Palomero, en mejor dirección y otras tres autoras; Carlota Pereda, Alauda Ruiz de Azúa y Elena López Riera en el apartado de mejor dirección novel), pero también se muestran prudentes.

"Ya era hora de reflejar esta maternidad de la que estamos hablando en la que te toca ser madre, mujer trabajadora, básicamente, serlo todo"

Pilar Palomero

“Me genera mucha ilusión ver como había una serie de inercias o de estructuras muy inamovibles en la industria que parecían imposibles de cambiar y que entre todos, con las políticas de cuotas, a través de una conversación social sobre el tema, con un cambio de sensibilidad sí se está moviendo. Me ilusiona mucho y al mismo tiempo pienso que todas nosotras somos conscientes de que es una cosa que ha pasado este año, que es muy buena señal, pero la realidad es que aún queda mucho camino para que eso se normalice. Ver que existía un público para este tipo de historias más personales ha sido el verdadero regalo”, apunta Ruiz de Azúa antes de que Palomero remate: "Me siento muy orgullosa de sentir que formo parte de esa generación de directoras cuya voz se está teniendo en cuenta y tengo mucha ilusión porque vengan muchas más, especialmente jefas de equipo, sobre todo porque cuando yo empecé a trabajar esto lo notaba muchísimo: no veía mujeres en las jefaturas de equipo. Es emocionante sentir que parece que ha habido un cambio sin duda (no sé aún cómo es de profundo ni cuánto va a perdurar), hasta casos como los de este año en los que mira, estamos cinco directoras nominadas. Pero no es momento de confiarnos, intento ser muy cauta porque las cifras todavía son las que son”. Alentadoras, sí, pero mejorables. Igual que las madres. Igual que las hijas.