España-Ucrania (5-1): Fiesta antes de la final del Europeo sub'21

Los sub’21 de la selección española se pegaron un baile en la semifinal del Europeo de la categoria contra Ucrania. El mejor día para sacar el frac y lucirlo. El mejor día para enseñar a Europa y el mundo que esta generación de futbolistas sabe cómo aguantar la presión, remontar un gol en contra, solucionar los problemas atrás que estaba creando Mudryk y ponerse a jugar con personalidad, estilo y goles. Su superioridad frene a los ucranianos fue absoluta. Con el billete para los Juegos Olímpicos ya conseguido, el siguiente objetivo es ganar este europeo y llamar a la puerta de Luis de la Fuente. Quizá no sea la selección con más jugadores brillantes si se individualiza la mirada, pero puede que sea de las mejores en el juego colectivo y en sacar el máximo rendimiento de sus futbolistas.

Santi Denia ha conseguido que todos o casi todos muestren su mejor versión y que sepan afrontar todo tipo de partidos: desde los complicados como el de Croacia en el grupo o Suiza en cuartos hasta los encuentros en los que toca darse una fiesta, como la semifinal contra Ucrania. Abel Ruiz se marcó un partidazo, marcando el gol del empate y atreviéndose con todos, liderando el ataque, pero es que todos colaboraron en el juego que mostró el equipo: Sancet, el imprescindible Sergio Gómez, Antonio Blanco o las paradas de Arnau Tenas cuando hicieron falta. Tras el sufrimiento contra Suiza, España necesitaba un encuentro así para liberarse y para afrontar con la mejor disposición la final contra Inglaterra este sábado.

Fue una España a la que le costó ponerse en serio en defensa, que tuvo que variar el marcaje a Mudryk, pero que aprendió rápido y que no dejó de crecer durante todo el choque. Cogió la pelota y, con el marcador en contra al principio, comenzó a manejar el partido a su ritmo, haciendo desaparecer al rival, que no sabía cómo defenderse de los golpes que iban llegando.

Las llegadas de Abel Ruiz hicieron mucho daño, tanto como el juego colectivo para llegar al área, la presión al salida del balón, como en el tanto de Antonio Blanco y la puntería de francotiradores que tuvieron los españoles durante toda la noche. Casi todos los goles fueron similares: remates desde lejos, cruzados, siempre un centímetro más que la estirada de Trubin. No llegó el portero ucraniano a casi nada. No llegaron sus compañeros a casi nada. España volaba hacia la final.