Mikel Ojanguren, Director general de Dimar: «Como especialistas, ofrecemos todas las opciones de consumo de bacalao al consumidor»

¿Cuáles fueron los orígenes de la empresa?

Dimar inició su andadura a principios de los años 60. En aquella época, el bacalao salado era uno de los pocos recursos marinos que se podían distribuir por el interior de España. Para la localización de la empresa se eligió la localidad soriana de Ágreda, que ubicada a mil metros de altitud y en las faldas del Moncayo, posee unas excelentes condiciones climatológicas para el secado de salazones, siendo un secadero natural.

¿Como ha cambiado la compañía desde entonces?

La evolución de este tipo de productos ha sido un gran reto en estos 60 años. Una evolución que ha sido muy rápida y que ha afectado tanto a los procesos de conservación como a los hábitos de consumo. Nosotros hemos ido acomodándonos a las necesidades de los consumidores de una forma rápida y natural, pasando de ser un secadero de bacalao a convertirnos en fabricante especializado en todas las opciones de consumo para este pescado.

¿En qué mercados están presentes?

Arte Morhua/Dimar está especializado en el canal retail (supermercados). Somos un proveedor nacional, pero debido a la crisis financiera del año 2008, en su día iniciamos un proceso de internacionalización de la empresa. Hoy en día estamos presentes en mercados como el francés, el italiano y el griego, y estamos abordando ahora un nuevo reto que nos llevará al mercado británico y al de Europa del norte.

¿Cuál es la estructura actual de Dimar?

Nuestras instalaciones siguen estando situadas en Ágreda, donde actualmente tenemos una planta de 8.000 metros cuadrados en la que en el último año invertimos alrededor de cuatro millones de euros para enfrentarnos a los nuevos retos. La planta está dividida en distintas secciones: salado, desalado, fresco, congelado y una nave central que es la proveedora de las distintas áreas. Con esto buscamos la total autosuficiencia y no depender de otros países. Nuestro proveedor es el mar y nuestro objetivo es que todo el bacalao que llegue al consumidor –salado, desalado congelado, troceado etc.– se elabore en nuestras instalaciones. Con esto conseguimos un control total de la calidad de nuestros productos y una sostenibilidad real, porque evitamos viajes innecesarios del pescado a otros países para su elaboración, acercando así el pescado al consumidor.

¿Qué les hace diferentes de sus principales competidores?

La gran diferencia es que somos una empresa especializada en el bacalao y trabajamos en todas sus posibilidades. Damos la solución al consumidor en distintas presentaciones (salado, fresco, desalado, etc.) mientras que otras compañías multiproducto que trabajan además otras especies ofrecen solamente formatos de venta muy concretos. Otra de las ventajas que tenemos es nuestra experiencia de 60 años trabajando el bacalao. La suma de todo eso nos permite tener un suministro asegurado, llegando a los mejores caladeros, en sintonía con nuestros proveedores.Por otro lado, el hecho de ser especialistas en bacalao y trabajar exclusivamente con esta especie nos obliga a estar innovando constantemente para mejorar día a día la respuesta a las necesidades del consumidor.

¿Qué papel diría usted que juega la tecnología en el día a día de la compañía?

En los últimos 20 años ha cambiado mucho la tecnología en nuestro sector. Fundamentalmente, ha aportado mucha seguridad alimentaria, jugando un papel muy importante en la forma de conservación del producto. Nosotros, al ser una empresa suministradora del canal retail, debemos estar al día constantemente e invertir para garantizar la calidad de nuestros productos. Estamos certificados en los más altos estándares de calidad.

Si hablamos de futuro, ¿cuáles son los principales retos de la empresa?

Nuestro mayor reto es el de muchas empresas europeas: elaborar los productos lo más cerca posible del consumidor, lo que significa también hacer todo el proceso y no depender de otros países. En los últimos años hemos vivido situaciones a las que no estábamos acostumbrados que nos han hecho ver nuestras debilidades. Por esa razón tenemos claro que nuestro reto es el compromiso hacia la autosuficiencia y la sostenibilidad, conservando los recursos.