Don Benito y Villanueva: Un referéndum de unidad pactado en la «bodeguilla» de Moncloa

Don Benito y Villanueva. Dos pueblos de la España vaciada que necesita de impulso y oportunidades. Dos municipios de Badajoz, llenos de historia; ganaderos, jaboneros y chocolateros, como principal carta de presentación. Caracterizados por su buena vecindad, por cierto, y es que solo le separan cinco kilómetros de distancia. De la Extremadura profunda es el dicho «para matrimonio bonito, él de Villanueva y ella de Don Benito». Así se refieren en ambos pueblos para referirse a las uniones entre serones y calabazones.

Dos pueblos que se suman al carro del referéndum, pero no para separarse, sino para unirse. Don Benito es el grande (32.284 habitantes) y Villanueva de la Serena (25.752) el pequeño. Ambos se sitúan a unos 50 kilómetros de Mérida. Sus vidas hasta ahora transcurrían acostumbrados al cambio diario de municipio. La vecindad es lo que ha hecho de nuevo que los máximos representantes de cada pueblo, sus alcaldes, recuperen una iniciativa que quedó en el cajón durante el año 2003. Unir sus terrenos, fusionar sus poblaciones, ser solo uno. Hoy, ocho años después, el alcalde de Benito, José Luis Quintana y el de Villanueva, Miguel Ángel Gallardo, han retomado la iniciativa que, de salir adelante en referéndum, convertirá al nuevo pueblo, en la tercera ciudad más grande de Extremadura.

Un proyecto que cuenta incluso con el respaldo de Moncloa, que tratará de acelerar los pasos para tener aprobada la convocatoria para la consulta popular de ambos municipios extremeños a mediados de diciembre. Así se comprometió este miércoles el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ante ambos alcaldes en su reunión en Moncloa. Un gesto por parte del líder del Ejecutivo que puede leerse como una devolución de apoyos. Y es que fue precisamente Don Benito, el kilómetro cero de la gira autonómica que emprendería Sánchez en 2013 para proclamarse como secretario general del PSOE. Su alcalde, José Luis Quintana pidió el voto públicamente para él y fue uno de sus principales apoyos. Así, por la proximidad de estos mandatarios regionales con Sánchez, la cita tuvo lugar en la conocida como «Bodeguilla» de Felipe González, un espacio donde el ex presidente celebraba sus citas más informales. La reunión se alargó más de lo que se preveía, durante una hora y diez minutos. En un ambiente distendido, Sánchez se interesó por el proyecto porque, en palabras de Gallardo «esta es la política que cambia la vida de la gente». Ambos alcaldes ponían rumbo a sus localidades con «muy buenas sensaciones» por el interés del presidente en conocer el proyecto al que ha mostrado «todo su apoyo». Según informó Moncloa, para la fusión se ha marcado un horizonte temporal de diez años, esto significaría que la unión se materializase en 2031, pero ahora se intenta acortar el plazo a 2027. La consulta, si así lo aprueba Moncloa, podría realizarse en el mes de febrero o de marzo del próximo año.

No sería esta la primera experiencia de este tipo que se lleve a cabo. Sigue la estela de dos municipios gallegos de entre 2.000 y 3.000 habitantes, que se unieron bajo el nombre de Oza- Cesuras, en La Coruña. A esta experiencia nueva le seguiría en 2017, la fusión entre dos pueblos -también gallegos, Cerdedo y Cotobade en Pontevedra. Juntos superaron las 5.600 personas residentes en la nueva localidad.