Día de la Fiesta Nacional

12-O: un desfile marcado por la amnistía y la investidura

Tras culpar al PP de impulsar los abucheos, Sánchez tratará de esquivarlos con una ubicación más favorable. La Princesa vestirá uniforme militar

Los legionarios durante el desfile del Día de la Fiesta Nacional del 12 de octubre
Los legionarios durante el desfile del pasado 12-OZipiAgencia EFE

Una de las «tradiciones» del desfile militar con motivo del Día de la Fiesta Nacional son los abucheos al presidente del Gobierno por parte de los ciudadanos. Algo que Pedro Sánchez tiene más que claro desde que llegó a Moncloa. Tanto, que en las últimas ediciones ha buscado la forma de evitarlos o minimizarlos: haciendo que no se anunciase su llegada, entrando a la zona de la tribuna por un lateral o, como el año pasado, tratando de llegar al mismo tiempo que los Reyes aprovechando los aplausos que reciben del público, aunque le salió mal e hizo esperar a Don Felipe y Doña Letizia.

Así que este año, el cambio de ubicación al menos podría beneficiarle, pues en la zona de Neptuno el público está algo más alejado de la tribuna y es un espacio menos abierto que el del Santiago Bernabéu. Pero el presidente del Gobierno en funciones sabe que no se va a librar y no en vano ya ha acusado en los últimos días al PP de fomentar los abucheos contra él. Eso, pese a que en las últimas semanas los ciudadanos han tomado las calles para protestar contra las concesiones del Ejecutivo a los independentistas a cambio de su apoyo en la investidura.

Por eso todo apunta a que este año, además de los clásicos «¡Fuera, fuera!» o «¡dimisión!», también habrá proclamas en contra de la amnistía y a favor de la unidad de España por parte de los ciudadanos que se acerquen.

La dama cadete Borbón Ortiz

Así que con este ambiente ya caldeado previamente se celebra hoy este 12-O y su tradicional parada militar, en la que sí que habrá una novedad destacada: la presencia de la Princesa Leonor (ya dama cadete Borbón Ortiz) con uniforme militar. Su primer acto castrense tras haber jurado bandera hace pocos días con sus compañeros de la Academia General Militar de Zaragoza. Será uno de los momentos más esperados por los ciudadanos que se agolpen a lo largo de los paseos del Prado y Recoletos, como ya ocurrió también en la ofrenda de los alumnos a la Virgen del Pilar en la plaza de la Basílica.

Porque la llegada de los Reyes, la cual sí que se anuncia por megafonía, trae consigo una ola de aplausos y vítores que acompañan el paso de su vehículo hasta que descienden de él a escasos metros de la tribuna real.

Será a las 11:00 horas y allí, junto a la fuente de Neptuno, les esperarán, además de Pedro Sánchez, la ministra de Defensa en funciones, Margarita Robles: el jefe de Estado Mayor de la Defensa, almirante general Teodoro Esteban López Calderón; la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, y el alcalde de la capital, José Luis Martínez-Almeida. Será la primera vez que los ciudadanos puedan ver a la heredera con vestimenta militar en un acto en el que no ha estado los dos últimos años al encontrarse en Gales cursando sus estudios, donde está en esta ocasión su hermana, la Infanta Sofía.

Y a partir de ahí, una vez suene el himno nacional en su versión larga y con 21 salvas, darán comienzo los actos del desfile, comenzando con la revista del Rey al batallón de honores y los saludos a las autoridades.

Ya en la tribuna, desde el aire llegará la bandera, portada por la cabo Carmen Gómez Hurtado, de la Patrulla Acrobática de Paracaidismo del Ejército del Aire (PAPEA), quien se estrenó en junio en el desfile del Día de las Fuerzas Armadas, convirtiéndose en la primera mujer en descender con la enseña en este tipo de actos.

Esa bandera es la que se izará en el mástil frente a la tribuna, donde el Rey depositará una corona de laurel como parte del homenaje a los que dieron su vida por España. Es, como siempre, la parte más emotiva de toda la parada, en la que, salvo contados abucheos de algunos ciudadanos, el silencio invade la zona. Los uniformados entonarán «La Muerte no es el final», algo que previsiblemente también harán desde la tribuna Felipe VI y Doña Leonor. El toque de oración y las salvas de fusilería romperán ese silencio para dar paso a los siete aviones de la «Patrulla Águila», que pintarán la bandera en el cielo de la capital.

4.177 militares, 142 vehículos, 86 aeronaves...

Y a partir de ahí, el desfile aéreo, con 86 aeronaves, entre las que destacan los cazas «Eurofighter», F-18 y «Harrier», los aviones de transporte A400M, los aviones apagafuegos o los helicópteros de ataque«Tigre», además de otras unidades de la Policía y la Guardia Civil. Una nueva pasada de la «Patrulla Águila» será la señal para mirar al asfalto para el desfile terrestre, con unos 3.800 efectivos a pie o en alguno de los 142 vehículos como los blindados «Leopardo» o «Centauro». En total, contando con el desfile aéreo, participan 4.177 uniformados.

Ante los ciudadanos pasará una representación de efectivos y medios de los dos ejércitos, la Armada, la UME, la Guardia Civil o la Policía, entre ellos algunos de los más aclamados por los ciudadanos, como son los legionarios, que en esta ocasión traen como mascota al chivo «Pacoli». Las unidades a caballo pondrán fin a una parada que de seguro terminará como también es tradición: con más abucheos a Sánchez a su salida.

Tras esto, los Reyes y la Princesa pondrán rumbo (entre aplausos) al Palacio Real, donde ofrecerán una recepción a la que han invitado a unas 2.500 personas.