
Política
Un experto en lenguaje no verbal analiza el saludo entre Trump y Sánchez: “Los dos se han distanciado”
El presidente estadounidense repitió en Egipto su característico gesto de dominio al estrechar la mano de Pedro Sánchez

El saludo entre Pedro Sánchez y Donald Trump durante la cumbre por la paz en Gaza, celebrada este lunes en Egipto, apenas duró doce segundos. Pero, según los expertos en comunicación no verbal, fue suficiente para revelar la complejidad de una relación marcada por la distancia política y el pulso simbólico por el poder.
El presidente estadounidense, que actuó como coanfitrión del encuentro internacional, recibió uno a uno a los líderes invitados. Cuando llegó el turno del presidente del Gobierno español, ambos se estrecharon la mano con una sonrisa protocolaria. Sin embargo, el gesto, aparentemente cordial, escondía mucho más de lo que mostraban las cámaras.
El abogado y experto en lenguaje no verbal José Luis Martín Ovejero analizó la escena con detalle: “Trump es el primero en tender la mano. Está ejerciendo de anfitrión y él es el gran protagonista del momento. Sin embargo, hay una clara distancia corporal, mayor que con otros líderes mundiales. No olvidemos que nos acercamos a lo que nos gusta y nos alejamos de lo que nos incomoda. En este caso, el distanciamiento fue recíproco”.
Lo que no se vio del saludo entre Trump y Sánchez
El gesto clave, según Martín Ovejero, fue el leve tirón de Trump durante el apretón. Un movimiento breve pero calculado, que el norteamericano ha repetido con decenas de mandatarios y que los expertos interpretan como una estrategia de afirmación de estatus. “Cuando lo hace, lo hace para parecer por encima de la persona a la que saluda”, explica el analista.
Ese tirón, seguido de una palmada en la mano de Sánchez, proyecta una idea de superioridad simbólica. Según la psicología del gesto, tirar hacia uno mismo equivale a “reclamar el espacio” o imponer el ritmo de la interacción. En cambio, la palmada funciona como una “señal de cierre” o condescendencia.
Un patrón repetido: el “tirón Trump”
El estilo de saludo de Donald Trump ha sido objeto de análisis en numerosas ocasiones. En 2017, durante su primer encuentro con el primer ministro japonés, Shinzo Abe, las cámaras captaron cómo el magnate tiraba con fuerza de su mano durante varios segundos, provocando incomodidad visible. La BBC y The Guardian dedicaron entonces artículos a lo que denominaron “el tirón Trump”, un gesto que combina dominio físico con teatralidad política.
El propio Martín Ovejero ya lo había comentado en anteriores cumbres: “Trump utiliza el saludo como arma política. Es un modo de mostrar poder sin palabras. En el momento en que toca, aprieta o tira, está lanzando un mensaje: ‘yo tengo el control’”.
Durante la cumbre de Egipto, ese patrón se repitió, aunque de manera más sutil. La diferencia es que Sánchez respondió con un gesto propio, que también tiene lectura simbólica: un ligero toque en el codo de Trump al despedirse. “Sánchez ha querido equilibrar la balanza”, señala el experto. “Cuando uno toca, manda. Sánchez quiso decir, de forma no verbal: ‘tú no vas a ser el único’. Fue una respuesta medida, diplomática, pero cargada de intención”.
Más allá del gesto, la escena estaba marcada por el contexto. Apenas unas semanas antes, Donald Trump había insinuado que España podría ser expulsada de la OTAN por no cumplir con los compromisos de gasto en Defensa. Aunque la Casa Blanca matizó posteriormente sus declaraciones, el comentario generó un evidente malestar en el Gobierno español.
Esa tensión se reflejó, según los expertos, en la distancia corporal observada durante el saludo: mayor de lo habitual, sin el leve acercamiento o contacto de hombros que suele acompañar los saludos entre jefes de Estado aliados. No hubo hostilidad, pero sí una frialdad controlada. Ninguno quería mostrar sumisión, parecía indicar la escena desde la perspectiva del lenguaje no verbal.
En política internacional, los gestos pesan tanto como los discursos. Un apretón de manos puede reforzar alianzas o evidenciar tensiones soterradas. Los expertos en comunicación no verbal coinciden en que los líderes son conscientes de ello: ensayan sus movimientos, practican posturas y calculan tiempos frente a las cámaras.
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