Gente

Álex Lequio, un príncipe de su casa con pasta de Rey

El hijo de Alessandro Lequio y Ana Obregón ha demostrado en multitud de ocasiones su fortaleza y tesón

Ana Obregón y Aless Lequio / Foto: Instagram
Ana Obregón y Aless Lequio / Foto: Instagramlarazon

(Tras dos años de lucha, muere Muere Álex Lequio, hijo de Ana Abregón y Alessandro Lequio)

El tiempo ha terminado por dar la razón a Ana Obregón, que siempre la tuvo. Me sonrojo cuando recuerdo que algún tertuliano se reía de ella cuando hablaba con absoluta naturalidad de la regia ascendencia de su niño. Pues bien, la tenía, y como creo que diría mi admirado Juan Balansó, el historiador de los Borbones, ya fallecido, si hay alguien con pasta regia es este muchacho, ingresado por segunda vez en pocos días, según la revista “Semana”, que está demostrando una valentía muy por encima de lo común y una elegancia ante la adversidad que le distingue.

Su familia puede estar muy orgullosa de él. Me cuentan que Alessandro Lequio está al pie del cañón, junto a Ana, la mujer que ha llegado a decir en su cuenta de Twitter que la felicidad es ese “instante entre una putadita y la siguiente”. En las fotos de la entrada en el Hospital Ruber Internacional, en las que según cuenta la revista andaba despacio, se ve al joven mucho más delgado. Me recuerda en el porte a Alfonso XIII, su tatarabuelo, y también un poco al Duque de Cádiz, o al abuelo de éste, el Infante Don Jaime... Porque aunque se apellide Lequio Obregón, este muchacho es un descendiente tan directo de Luis XIV como Luis Alfonso de Borbón, a quien un día oí decir que no le parecía bien que a Lequio solo lo invitaran a los funerales de Casa Real. Algo parecido le ha pasado a él. Vaya usted a saber por qué.

Alex Lequio y Ana Garcia Obregón volviendo al hospital después de su último ingreso./Foto: G3/GTRES
Alex Lequio y Ana Garcia Obregón volviendo al hospital después de su último ingreso./Foto: G3/GTRESlarazon

Pero volvamos a Álex, este muchacho trabajador que se ha movido siempre en Linkedin como una fiera buscando contactos, “partenaires”, proveedores y clientes para su empresa. Es fin de semana, las calles están desiertas, y en tres Ferias tan importantes como SICUR y Mundo Hacker y ARCO, apenas había nadie el pasado jueves por la mañana.

La gente está obsesionada con el coronavirus. En una Pyme donde no se toman las medidas de las grandes multinacionales (enviar 15 días a trabajar a casa a la gente que ha viajado al norte de Italia), trataron como un apestado a un conocido mío solo porque había ido a trabajar. Se han agotado las mascarillas, tan necesarias para la gente que, como los familiares de personas con cáncer, deben evitar contagiar virus con menos renombre a sus seres queridos.

Desde el pasado día cuatro, Álex Lequio no ha escrito en Instagram. Era el día mundial de la lucha contra el cáncer, y publicó un vídeo que acompañaba a estas líneas: “Hoy es un día muy importante para todas las personas que estamos luchando contra este resfriado tan puñetero y quería aprovechar para mandar un abrazo muy fuerte desde el corazón a tod@s mis luchadores/as. Mucha fuerza y ánimo desde la sala de reuniones de @polarmarketingroup en Madrid. Estoy muy ilusionado porque dentro de nada lanzamos una app que va a cambiar el marketing de influencers para siempre y aquí andamos sudando la camiseta. Con esfuerzo y humildad se consigue todo 💪❤️.

Álex, el niño que se comía las alcachofas de los reporteros, el pequeño con los rizos de oro al que su mamá paseaba en descapotable cuando iba de compras, vestida siempre como un pincel. Ella, que de jovencita tenía dos jerseys de quita y pon de Mickey Mouse para su día a día, no comenzó a vestirse como una reina hasta cuando nació su pequeño príncipe.

Por él, aprendió a cocinar… Por él, tras una separación que no fue fácil del padre de su hijo, Alessandro Lequio, consiguió convertirse en ejemplo de lo que debe ser una pareja de separados. El tertuliano televisivo entraba en casa de Ana en La Moraleja cuando quería y cómo quería. Heredó de su abuelo, el príncipe Torlonia, casado con la Infanta Beatriz, esa desenvoltura y absoluta naturalidad para salirse siempre con la suya.

De hecho Ana se hacía cruces de que acabara con toda la reserva de “tuppers” de ensalada cuando hacía incursiones nocturnas en su casa y ella había salido. Y todo por no tener que molestarse en cortar la lechuga en su casa.

El abuelo de Lequio, a quien algunos definieron como el dulce tormento de la Infanta Beatriz, medía un metro y noventa y cuatro centímetros, y era hijo de Elsie Moore, una excéntrica americana, antepasada tanto de Brooke Shields como de Glenn Gloose. Álex Lequio es resobrino lejano de ambas actrices.

Probablemente no sepan de su existencia, pero deberían. Y es que tanto él como su madre están ayudando mucho con su actitud a millones de personas por las que se podría hacer mucho en lugar de dedicar tantas líneas al coronavirus. En una entrevista al diario “El País” hablaba sobre la falta de medios que concede el gobierno para la investigación. Cuando se fue de España con su hijo con lo puesto buscando al mejor médico para curar la tipología de cáncer que padecía, Álex no lo hizo porque desconfiara de los médicos españoles. Precisamente fue un español quien se lo recomendó, y un español quien lo trató en Estados Unidos. Ahora Ana, que consiguió que se hiciera una ley sobre los perros potencialmente peligrosos dando la lata todo lo que hiciera falta a Arias Cañete, ha intentado echar no un granito de arena, sino dos cubos enteros para ayudar en un tema mucho más importante.

Esto es lo que ha dicho en una entrevista al diario “El País”:El Gobierno es el factor de riesgo más importante para el cáncer de pulmón. Porque no da nada de presupuesto para la investigación. Y es lo único que salva vidas del cáncer”. Y a los miedosos que se quedan en sus casas por una enfermedad, el coronavirus, infinitamente menos mortal que el sarampión, les vendría bien leer algunas de las frases que ha colgado en sus redes sociales Álex: “Soy otro luchador más, igual que todos, por ello, desde la sinceridad y humildad más absoluta, mi intención es transmitir un único mensaje: ‘ríete y disfruta de la vida hasta que piensen que estás loco’. Los locos/as son ellos por pensar que los momentos son infinitos y la vida es para siempre”.

En su última actualización en Linkedin nos asombraba con una divertidísima propuesta, una fiesta de graduación para perros en la que buscaba patrocinios y anunciaba: 20 cachorritos con más seguidores en Instagram que tú y que yo - algunos rozando el millón - recibirán su diploma de graduado este verano en una fiesta que no dejará indiferente a nadie. Entrega de: primer collar de adulto; primer pienso de adulto; beca patrocinada; orla canina; diploma graduado; actividades como fotomatón dog-friendly, catering dog-friendly y discurso de la decana (mi golden de 16 años). ¿Lo mejor de todo? Trabajamos con patrocinios a la carta: ¡nos adaptamos a tu marca al cien por cien! ¡Patrocinios accesibles para todas las marcas pequeña/mediana/grande! Será la fiesta más peluda y se celebrará este verano, afirmaba. Nos encantará verte allí en plenitud de condiciones junto a tu decana Golden ladrando a voz en grito.