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Episodio oscuro

Nerissa y Katherine Bowes-Lyon, las primas de la reina Isabel II que fueron apartadas de la sociedad por ser discapacitadas

Esta es una de las historias más oscuras de los últimos años de la corona británica

El reina Isabel II
El reina Isabel IIFACUNDO ARRIZABALAGAAgencia EFE

A raíz del fallecimiento de la reina Isabel II, se han puesto de manifiesto multitud de historias sobre la corona y han vuelto a la palestra algunos debates históricos, como el colonialismo. Una de los relatos que ha vuelto a ver la luz ha sido la de Nerissa y Katherine Bowes-Lyon, las primas de la monarca que fueron apartadas de la sociedad por ser discapacitadas.

Esta historia se descubrió en 1987, cuando la prensa británica publicó que la Casa de Windsor había evitado que estas dos mujeres fueran asociadas con la reina Isabel II. La mentira comenzó treinta años antes de la publicación de la información y aparecían como fallecidas en el Burke’s Peerage, el libro de familia de la realeza y aristócratas de Gran Bretaña e Irlanda, a pesar de estar vivas. Ambas fueron ingresadas en un centro especializado en personas con discapacidad para estar ocultadas de la opinión pública. Las dos hermanas eran hijas de John Herbert Bowes-Ly, tío de la reina Isabel II, y Fenella Hepburn-Stuart-Forbes-Trefusi. El problema con el que nacieron fue causa de los cruces endogámicos entre los monarcas para perpetuar su linaje real.

En 1930, cuando el padre de las dos murió a causa de una neomonía, ambas fueron ingresadas en un centro de salud mental, el Royal Earlswood Hospital en Redhill, en Surrey. Tanto Nerissa como Katherine habían sido diagnosticadas de pequeñas de “imbeciles”, (sin tilde, siendo una nomenclatura inglesa que en aquella época para las enfermedades mentales severas). En el libro, las dos hermanas habían muerto, supuestamente, una de 1940 y otra en 1961. Pero cuando salió a la luz esta historia, un año después de la verdadera muerte de Nerissa, la institución tuvo que admitir que ellas dos habían estado ingresadas en el centro desde 1941.

Nerissa fue enterrada en el más absoluto anonimato y su tumba solo tenía el nombre y su número de interna pero, cuando se dio a conocer el escándalo, la familia le puso una lápida. Katherine, que solo se llevaba dos meses con su prima Isabel II, falleció realmente en 2014. Desde Buckingham Palace se dijo que la monarca estaba al tanto de todo esto pero que “no hay ningún comentario al respecto. Es un asunto de la familia Bowes-Lyon”.

En 2011 la polémica volvió a la paletra mediática y el canal ‘Chanel 4′ realizó un documental sobre el asunto, algo que no cayó muy bien dentro de la familia. “La Reina está muy, pero que muy molesta con la idea con la que se ha hecho este programa, porque nada es cierto. Tanto Katherine como Nerissa fueron visitadas con mucha regularidad por su familia, pero ninguna era capaz de hablar”, dijo una fuente cercana a la casa real tras el film. Pero lo que se mostraba en el documental era todo lo contrario y uno de los relatos de las cuidadoras del centro aseguró que “la impresión que tuve fue que las habían olvidado”, mientras que otros trabajadores de la institución mental relataron que nunca recibieron ningún regalo ni felicitación durante el tiempo que estuvieron ingresadas, ni por cumpleaños ni por Navidad y que tampoco había ninguna evidencia de que hubieran sido visitadas por nadie de su familia en todos los años que permanecieron allí.