Escándalo

Arrestan en Francia a Pablo de Rumanía, aspirante al trono

El supuesto heredero de la Casa Real rumana ha sido detenido por tráfico de influencias. Se enfrenta a una pena de más de tres años de prisión

Pablo de Rumanía
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Pablo de Rumanía, autoproclamado jefe legítimo de la Casa Real rumana y primo de la actual jefa de la familia, Margarita de Rumanía, ha sido arrestado en Francia para cumplir una condena de tres años y cuatro meses por tráfico de influencias. La detención se ha producido tras una orden europea emitida por Bucarest en diciembre de 2020.

Extradición en manos de la Justicia francesa

El arresto se efectuó en su domicilio y, según ha confirmado la agencia AFP, fue llevado ante un magistrado del Tribunal de Apelación de París. La decisión final sobre su extradición está ahora en manos de la justicia francesa, según ha informado el Ministerio de Justicia de Rumanía.

Pablo, hijo del rey Miguel I de Rumanía -el último monarca antes de la abolición de la monarquía en 1947-, ha defendido en los últimos años su legitimidad como heredero al trono, en oposición a su prima Margarita. Sin embargo, su figura ha estado envuelta en varias polémicas, siendo esta la más grave.

Entre 2006 y 2013, Pablo de Rumanía habría colaborado con una red de estafadores, entre los que figura el influyente empresario Remus Truica, ya condenado. La operación tenía como objetivo recuperar propiedades y bienes que Pablo consideraba parte de su herencia real, incluyendo inmuebles y obras de arte.

En total, 18 personas han sido condenadas por el caso, pero Pablo ha mantenido en todo momento su inocencia. A través de su abogada, Miriame Laïchi, ha calificado el proceso como un "acoso judicial" por parte del Estado rumano. Según su defensa, tanto el Tribunal de Apelación de París como el de Justicia de Malta ya se pronunciaron en contra de la orden de detención. Además, afirman que la Asamblea General de Interpol pidió su retirada en todas las oficinas del organismo internacional.

La situación legal del supuesto príncipe abre un nuevo capítulo en la ya compleja historia de la familia real rumana, dividida entre los derechos históricos, los litigios legales y las tensiones familiares. Mientras tanto, la figura de Pablo de Rumanía sigue generando controversia dentro y fuera de su país.