Visita
Así han sido las primeras 48 horas de don Juan Carlos en Sanxenxo: visitas familiares, un accidente y ni rastro del Rey
Aunque aterrizó en Galicia el lunes 20 de noviembre a las 19:00 horas, el monarca todavía no se ha dejado ver en público
El Rey Juan Carlos I ha regresado a Sanxenxo en lo que supone su quinta visita a España en lo que va de año. El exjefe de Estado aterrizó en el aeropuerto de Vigo el lunes 20 de noviembre sobre las 19:00 horas -tras una breve escala en Vitoria- y después se desplazó en coche hasta la casa de su buen amigo Pedro Campos, el presidente del Real Club Náutico que ha ejercido de anfitrión del monarca en sus últimos viajes.
Las únicas imágenes que han trascendido del Rey Juan Carlos en esta visita se tomaron el mismo día de su llegada, bajando del avión o a bordo del coche en el que se trasladó a casa de Pedro Campos. Desde entonces, el abuelo de la princesa Leonor no ha vuelto a dejarse ver en público, una situación de hermetismo extraña que contrasta con sus viajes anteriores a Sanxenxo, en los que visitaba el Real Club Náutico desde primera hora de la mañana.
De hecho, este miércoles han dado comienzo los entrenamientos para el Desafío Barceló, una regata en la que se espera que con Juan Carlos I compita a bordo de "El Bribón", pero ni rastro del Rey por las instalaciones del club. Quienes sí han paseado junto al mar han sido su hermana, la infanta Margarita; su cuñado, Carlos Zurita; y sus sobrinos Carlos y María Zurita. Esta ha ido también con el pequeño Carlos, su hijo de 5 años.
Un plan familiar al que don Juan Carlos I no se ha unido, pero sí ha recibido la visita de todos ellos en la casa de Pedro Campos. De nuevo, extraña que el Rey se haya perdido esta oportunidad de disfrutar de un día de navegación por la ría de Pontevedra con su familia, teniendo en cuenta lo bien que lo pasó la última vez, cuando se le vio muy cariñoso con su sobrino nieto Carlos.
El susto de Pedro Campos
La anécdota del día ha estado marcada por el pequeño accidente de tráfico que Pedro Campos ha sufrido poco después de abandonar su domicilio. El amigo íntimo del Rey ha querido esquivar a los periodistas que esperaban a la puerta de su casa, con tan mala suerte que se ha llevado por delante una señal de tráfico que ha quedado algo desviada tras el impacto.
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