
Navidad
Camas antiquísimas con forma de "dedos de pescado" y muelles chirriantes: así duerme la realeza británica
Sandringham House no parece reunir, según algunos expertos, las mejores condiciones de confortabilidad para recibir a sus insignes invitados

La familia real británica nos ha servido una de las estampas más regias de la Navidad con los miembros más destacados de los Windsor dirigiéndose a la tradicional misa de Navidad en Sandringham. La comitiva la encabezaban el rey Carlos III y su esposa Camilla, si bien fue Kate Middleton, de la mano de sus hijos, quien acaparó todas las miradas.

Sin embargo, el glamour de los Windsor parece que se apaga cuando cada año por Navidad Sandringham House, la casa de campo con 32 kilómetros de terreno que posee la familia real en esta localidad de Norfolk, tiene que alojar a todos sus invitados. Según ha revelado la editora jefe de la revista Majesty, Ingrid Seward, esta residencia es demasiado pequeña para los estándares reales. Se desconoce de cuántas habitaciones dispone exactamente, pero calcula que son 29. Insuficientes para acomodar al personal que trabaja en ella y a la gran cantidad de invitados que reúne el monarca para celebrar la Navidad.

Se trata de un problema al que se enfrenta la mayoría de las familias en estas fechas, pero llama la atención que afecte también a la de Carlos III, cuya fortuna supera los 700 millones de euros. Según esta editora, los arreglos para dormir se convierten en un verdadero quebradero de cabeza. Algunos empleados deben renunciar a sus habitaciones para dejar que se alojen estas personas ilustres.
Aparte del espacio reducido, otro de los problemas es el estado de algunas camas. Son antiquísimas, sus muelles chirrían y las maderas crujen. Se conocen como camas con forma de dedos de pescado. "No son nada indicadas para pasar una noche de paz", explica la editora. Rebeca English, periodista que cubre los asuntos de la Casa Real en "Daily Mail" aporta algún detalle más. En su opinión, en Sandringham House pueden dormir cómodamente unas 16 o 18 personas. No más. Según explicó recientemente el príncipe William, la previsión para este año era de unos 45 miembros de la familia real.

En su libro "Spare", el príncipe Harry recordó esta reunión como una auténtica pesadilla. "Toda la familia se reunió para abrir los regalos en Nochebuena, como siempre, una tradición alemana que sobrevivió a la anglicanización del apellido familiar de Sajonia-Coburgo-Gotha a Windsor". La fiesta tiene lugar en un gran salón, con una mesa larga cubierta con un mantel blanco y tarjetas con los nombres que marcan el lugar designado de cada miembro de la familia. El día de Navidad, bien temprano, los invitados disfrutan de un abundante desayuno y luego se dirigen a pie a la iglesia Santa María Magdalena para el servicio matutino. Es el paseo que vimos recientemente, con los lugareños alineados en el camino hacia el templo para transmitir a la familia real sus mejores deseos.
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