Donación de un riñón, colapso mental, coma... Todas las teorías conspirativas en torno a Kate Middleton

En enero, el Palacio de Kensington anunció que Kate Middleton había sido hospitalizada para someterse a una cirugía abdominal programada y que se tomaría un descanso de sus deberes públicos, probablemente hasta Semana Santa. ¿Qué ocurrió después? Mutismo. Ni una sola imagen de la princesa más fotografiada de la realeza europea, ni un solo detalle acerca de los motivos por los que requirió una cirugía. La prensa británica, incluso la más allegada a La Firma, tiene que conformarse con escuetas informaciones de que la recuperación avanza de forma favorable.

Flema británica. Ese rasgo idiosincrático, tan puramente británico, con el que la familia real está gestionando la información sobre la princesa de Gales ha impulsado en el país una serie de teorías conspirativas con las que tratan de satisfacer la necesidad de saber de los ciudadanos. Amparándose en la falta de claridad oficial y mezclando intuición, imaginación y los datos que la prensa ha ido ofreciendo a cuentagotas, los teóricos de la conspiración barajan varias posibilidades.

Trastorno mental

Esta idea partió de Angela Levin, biógrafa de la reina Camilla, quien sugirió que la enfermedad no revelada podría estar relacionado con un colapso mental, derivado de su carácter autoexigente y la presión mediática que debe soportar en sus quehaceres como princesa. La misma autora indica que su marido, el príncipe Guillermo, debería haber tenido herramientas suficientes para manejar la situación, después de lo que vivió con su madre, Diana de Gales. Otros rumores apuntan hacia una infidelidad como origen de ese supuesto estado de Kate.

La narrativa da pie a todo tipo de especulaciones basándose en el estudio de las últimas imágenes en la pareja: seriedad en sus rostros, frialdad, eventos en solitario e incluso distancia física. Son rumores que no dejan de crecer.

¿Programada o de urgencia?

Frente a la transparencia observada con la salud del rey Carlos, a pesar de que aún no se ha comunicado el tipo de cáncer que padece o los detalles del tratamiento pionero que estaría recibiendo, sorprende el misterio en torno a Kate. De nuevo, los teóricos de la conspiración ofrecen sus versiones. Si fue programada, ¿por qué en las semanas previas a la cirugía su ausencia era ya notoria? ¿Qué le ocurría ya en Navidad y por qué su cumpleaños, el 9 de enero, lo pasó ya en el domicilio de sus padres bajo su cuidado? A partir de ahí, las propuestas van desde la probabilidad más sensata al disparate, como es el rumor extendido en algunas redes sociales sobre que Kate donó un riñón a su suegro a cambio de ser reina.

Se ha hablado de un coma inducido y también de una intervención estética que, simplemente, no salió según lo esperado. Una de las posibilidades más aceptada, incluso por los médicos que han opinado durante este tiempo, es que se le pudo realizar una histerectomía, una intervención que consiste en la extirpación del útero y del cuello uterino y, en ocasiones, los ovarios y las trompas de Falopio. En ese caso, algo no habría salido bien.

Lo único descartado, hasta el momento, es que se trate de un cáncer. El resto no deja de ser rumor que ni siquiera sacia la curiosidad o alivia la preocupación del pueblo británico por la salud de su futura reina.