El enigma crece en torno a la princesa Mette-Marit de Noruega

Las redes sociales hablan. No solo sirven para descubrir que una pareja ha roto porque dejan, de la noche a la mañana, de seguirse, sino porque muchas veces se vuelven privadas sin motivo aparente. La última en dar este paso ha sido la princesa heredera de Noruega, Mette-Marit, siguiendo los pasos de otras «celebrities» como Bad Bunny que tomó la decisión de cerrar al público su perfil después de un altercado en República Dominicana, al robarle el móvil a un fan.

¿Pero qué esconde la privacidad del perfil de Mette-Marit? Aparentemente, nada grave, ya que su cuenta solía estar repleta de imágenes de la royal escandinava cumpliendo sus deberes reales, la mayoría de ellas acompañando a su esposo, el príncipe Haakon. Su carácter cercano y alegre le ha valido ser considerada una de las representantes de la realeza más querida de Europa. Sus fans no solo han destacado esos rasgos de su personalidad en innumerables comentarios a sus posts, sino también su glamuroso estilo y su fortaleza.

Fue en 2018, cuando la nuera de los reyes Harald y Sonia anunció que padecía una enfermedad incurable: fibrosis pulmonar crónica, una dolencia que hace que el tejido pulmonar cambie de forma anormal y que no tiene curación, solo es posible ralentizar su progreso con medicación.

Por eso, sorprende ahora que ella que siempre ha hablado abiertamente de temas tan personales como su salud, haya decidido cerrar su cuenta en Instagram. A partir de ahora, tan solo los 279.000 seguidores de la princesa tendrán acceso a sus publicaciones. Según informa el periódico noruego «Se og Hør», Mette-Marit ha borrado incluso algunas de sus fotos y también ha restringido la función de realizar comentarios a sus publicaciones.

Explicación oficial

La Casa Real del país nórdico ha querido explicar a la revista alemana «Gala» que el motivo oficial por el que la princesa heredera, que en su Instagram público desde 2014 se define como «bokorm», que significa «ratón de biblioteca», ha ocultado su perfil se debe a que «hoy en día, las publicaciones de todos los miembros de la Familia Real están reunidas bajo la cuenta oficial @detnorskekongehus». Una «excusa» que no justifica que Mette-Marit haya querido protegerse de los ojos indiscretos.

Si otras casas reales hubieran tomado esta decisión, como por ejemplo la danesa, salpicada por la presunta infidelidad del rey Federico de Dinamarca a la reina Mary, con la socialité mexicana Genoveva Casanova de por medio, habría levantado más que suspicacias. Pero el matrimonio de Haakon y Mette-Marit es de los más sólidos de la realeza europea, sin ocultar que también ellos han pasado por momentos de crisis, reconocidos públicamente y felizmente superados.

Igualmente polémico fue la desaparición en redes de Charlène de Mónaco, esposa del príncipe Alberto, el pasado verano. La sudafricana desactivó durante meses su perfil entre rumores de que estaba viviendo en Suiza y de que solo veía a su esposo, el príncipe Alberto, con cita previa. Finalmente, se habló de sus problemas de salud, incluidos los mentales, por los que tuvo que ser operada en varias ocasiones, pero también de la evidente crisis que el matrimonio padece casi desde el día de su boda, el 2 de julio de 2011.

Los problemas de salud de Mette-Marit son públicos y notorios y, de hecho, la obligaron hace unos meses a permanecer de baja médica durante varias semanas. Todo el mundo sabe ya que a veces su enfermedad le limita sus compromisos públicos y ya nadie lo cuestiona ni le busca dobles sentidos, por lo que queda en el aire, aún, y sin justificar, la repentina decisión de la princesa nórdica de ocultar su vida personal.