Supera el miedo
Beatriz Trapote, en el hospital para ver qué le sucede en el pecho
La mujer de Víctor Janeiro ha confesado que lleva dos años y medio sintiendo un dolor tras una operación de estética, pero no se atrevía a la prueba médica
Beatriz Trapote vive alejada de la televisión que le dio la fama y en la que se desarrolló profesionalmente durante muchos años. La periodista y presentadora optó por adoptar un perfil público más bajo cuando comenzó su relación con Víctor Janeiro. Le conoció en su papel como reportera en 2007 y surgió un amor que perdura a día de hoy, tras 18 años formando equipo. También familia, con la llegada de sus tres hijos. Además, socios en algunos de sus negocios. Y es que han levantado un imperio de empresas y como presumía Bea, entre sus locales de manicura y cafeterías ha llegado a emplear a 46 trabajadores.
Al menos así fue antes de la pandemia del coronavirus que supuso un difícil bache económico al que hacer frente. Al menos siempre le ha ido muy bien en las redes sociales, donde goza de muy buena acogida en calidad de influencer. Aquí comparte su rutina, su día a día como madre de tres hijos, como empresaria y también sus propias inquietudes personales. Un diario de bitácoras que le ha llevado ahora al hospital, como así también ha querido compartir con sus más de 128.000 seguidores.
Beatriz Trapote se arma de valor y se somete a su temida prueba médica
La comunicadora reconvertida en empresaria e influencer ha superado el miedo inicial que tenía a una decisiva prueba médica. La cuñada de Jesulín de Ubrique no se atrevía a pasar por el proceso, de ahí que haya estado estos seis últimos meses aplazando su compromiso con la salud. Cuando llegó el decisivo momento hace medio año, la ansiedad le dificultó la tarea, pero ya ha regresado al Hospital de Jerez Puerta del Sur para su resonancia de pecho.
Aún falta un tiempo para recibir los correspondientes resultados que le saquen de dudas, pero se ha quitado un gran peso de encima. “¡Lo he conseguido! Resonancia de mama hecha. No os he dicho nada porque quería ser valiente y hacerlo y después contarlo que ya lo había hecho”, reconocía feliz y orgullosa de sí misma. Eso sí, ha contado con sus trucos, como son una pastilla para los nervios debajo de la lengua y unas mantas que traía de su casa para sentirse más segura durante la prueba.
El haber superado la prueba en sí ya ha sido un reto para Beatriz Trapote, que entendía que era necesario encontrar explicación a las molestias que experimentaba en el pecho tras una operación de estética: “Han pasado dos años y medio y creo que tengo un nervio o algo pinzado. Un dolor lateral que me irradia hacia la zona del centro”, detalla a sus seguidores la importancia de encontrar solución a su malestar.
“40 minutos metida en la máquina y con un ruido horroroso”, recuerda cómo ha sido el instante en el que le han realizado la resonancia magnética, un paso que le atormentaba. Y es que su primer intento fue infructuoso: “Era la segunda vez que iba a una resonancia para la mama hace seis u ocho meses y fui incapaz. No iba preparada. Visualizaba ese tubo, el ruido, los cascos, boca abajo, me estaba ahogando, en fin…”, narra en los stories de su cuenta de Instagram, tras haber superado esa ansiedad y miedo en su segunda oportunidad.