
Aniversario trágico
Caso Daniel Sancho: ¿Qué ocurrió el 2 de agosto de 2023 en el bungaló número 5?
La isla tailandesa de Phangan fue «trending topic» hace un año. El cuerpo de Edwin Arrieta fue descuartizado. A un mes de que se conozca la sentencia, ¿qué pasará con Daniel Sancho?

Se cumple un año del suceso más mediático en España de lo que va de siglo. A falta de la sentencia, que será leída este próximo jueves 29 de agosto, uno se sigue preguntado qué ocurrió exactamente y por qué, dentro de aquella villa de la tranquila y remota isla de Phangan que esa misma noche celebraba las internacionalmente conocidas Fiestas de la Luna Llena, «Full Moon Party» en inglés.
Lo que sí se sabe es que alrededor de las 4 de la tarde Daniel Sanchorecogió a su pareja, el prestigioso cirujano colombianoEdwin Arrieta, en el embarcadero de Thongsala para llevarlo al citado complejo hotelero donde sucedieron los hechos, que primero fueron ratificados en un par de ocasiones por Daniel como un asesinato, para una semana después comenzar a desdecirse. Dentro de esa casa accedieron los dos vivos cuando Daniel salió horas después y durante varias veces con los diecisiete trozos de Edwin Arrieta que, tras su muerte provocada o accidental, descuartizó con varios cuchillos que previamente a la llegada del colombiano había adquirido en unos almacenes de la isla. También llama la atención que Daniel alquilara un día antes ese bungaló, mucho más privado y con una nevera grande donde el almacenaje se facilitaba, además de con accesos al mismo sin necesidad de atravesar la recepción y a escasos cuarenta metros de la playa, cuando Edwin había pagado por adelantado cuatro noches en el lujoso Bougain Villas, complejo hotelero donde la discreción habría sido harto compleja ya que las habitaciones están en muchos casos unidas por simples puertas correderas.

Sea como fuere, y como el doctor Arrieta por primera vez no atendió a sus clientes vía telefónica ni respondía los mensajes de sus allegados, entre su hermana, Darling, y una amiga, Viviana, localizaron a Daniel a través de las redes sociales, el cual seguía en la isla haciendo vida normal acompañado de dos amigas israelíes. Viviana fue la que le convenció para que por favor fuera a la comisaría más cercana a presentar una denuncia por la desaparición de Arrieta o acudiera al hospital por si le hubiera ocurrido algo. Daniel finalmente fue a la policía y ya jamás volvió a quedar en libertad ya que durante el interrogatorio los agentes sospecharon del español por sus heridas superficiales en ambos antebrazos y un hombro, y porque durante su confusa declaración fueron apareciendo trozos del cuerpo de Edwin Arrieta, primero en el vertedero, y más tarde en la playa de Haad Salad, que fue donde Daniel reconoció finalmente haber tirado al fondo del mar buena parte de los pedazos de Arrieta ayudado por una canoa.
Desde ese momento, las televisiones y rotativas de España y buena parte de Hispanoamérica entraron en ebullición, teniendo en cuenta que el formalmente acusado de asesinato con premeditación y descuartizamiento es el hijo de Rodolfo Sancho, actor español, y nieto de otro intérprete, Sancho Gracia, mucho más conocido, que falleció en 2012, y que en el último cuarto del pasado siglo dio vida al afamado personaje de Curro Jiménez mediante una serie televisiva.

Para terminar de convertir el caso en un auténtico circo mediático, Rodolfo Sancho, en contra de lo que pensaba su expareja y madre de Daniel, Silvia Bronchalo, la cual le denunció por malos tratos en medio de todo este caso, cedió la estrategia al abogado de los famosos Marcos García Montes, que lo primero que hizo fue basar su defensa en acusar a la policía tailandesa de haber realizado una penosa investigación repleta de errores de bulto y de haber hecho firmar declaraciones policiales a Daniel bajo coacciones y chantajes y sin el traductor más eficiente. A ello habría que sumar la auténtica cacería contra la vida privada de Edwin Arrieta, al que aparte de acusarle Daniel en su tercera declaración, primera ante el juez, de haberle intentado violar el día de autos, se le señaló públicamente, sin prueba alguna, como un ser muy peligroso, relacionado con narcos, metido en la mafia del tráfico de órganos y del que hasta se ha dicho que su labor como cirujano había sido denunciada en numerosas ocasiones por sus malas praxis.
Durante el juicio, celebrado esta pasada primavera en la vecina isla de Samui que es donde se encuentra recluido en su prisión Daniel Sancho, sorprendieron dos asuntos: que el abogado tailandés del acusado fuera de oficio, y que la propia defensa asegurara que el fiscal dijo que era imposible demostrar la premeditación en la muerte de Edwin, clave para que la sentencia sea menos perversa, ya que expertos consultados y comparando estos hechos con otros parecidos, aseguran que la lectura de la misma traerá una segura pena capital que en Tailandia se convertiría en cadena perpetua siempre que el sentenciado solicitara mediante carta el perdón real aceptando su culpabilidad y pidiendo perdón a la víctima. Luego, existe un acuerdo con la Unión Europea para que a partir del octavo año cualquier reo con cadena perpetua, siempre que haya tenido una buena conducta y abone la indemnización marcada por el juez a la víctima, pueda iniciar un proceso de repatriación a una cárcel española donde no sería necesario estar más que unos pocos años.

Por qué no solicitó ayuda
Lo que debe aclarar el juez es cómo murió exactamente Edwin, una de las claves del caso, y si fue asesinado cuál fue el motivo que llevó a Sancho a ello y por qué lo descuartizó cuando minutos antes agonizaba, aún con vida, en vez de solicitar ayuda médica. Daniel habló de encontrarse en una jaula de cristal y acusó al cirujano de haberle amenazado de muerte tanto a él como a su familia y de haber querido exponer imágenes comprometidas de ambos que afectarían a su famosa familia.
En los informes finales presentados al juez este pasado 25 de julio, ha sorprendido que Carmen Balfagón y Ramón Chippirrás, criminólogos de la defensa, hayan centrado su contenido en asuntos muy menores, como que Daniel entregara su pasaporte a la hora de alquilar la motocicleta, acción de obligado cumplimiento para cualquier turista, y el que fuera todo el rato por la isla con la cara al descubierto, hecho éste que hizo que multitud de cámaras de seguridad le grabaran sacando bolsas con las partes del cuerpo de Arrieta o entrando al hotel con el propio Edwin aún vivo. Aunque la sorpresa final la ha emitido el alegato de la coacusación que ha sacado a la luz que Sancho durante el juicio negó que tuviera ninguna relación amorosa con el colombiano, y que su amistad sólo tenía que ver con un supuesto negocio de hamburguesas que querían montar juntos en Madrid.
✕
Accede a tu cuenta para comentar