
Entrevista
Lorenzo Santamaría: "La música une generaciones"
El cantante, en plena gira, afirma haberse sentido esclavo de «Para que no me olvides». Su mítica canción cumple 50 años

Lorenzo Rosselló Horrach (Santa María del Camino, Mallorca, 21 de febrero de 1946), artísticamente conocido con Lorenzo Santamaría, iba para figura del rock y el soul al frente del grupo Z-66 hasta que su discográfica le propuso un cambio de rumbo. Y aunque le costó decidirse, la música española ganó un cantante melódico. Más de cincuenta años después, afronta una «gira de despedida» que dada la acogida del público –«todavía me sorprende»– se ha convertido en un «50 años de ‘‘Por el amor de una mujer’’», su mítica canción, de la que afirma haberse sentido «esclavo». «Hubo un momento que me negué a cantarla pero mis fans salían decepcionados porque no la cantaba. Así que volví a incluirla en mi repertorio».
«Afronto los próximos conciertos con mucha ilusión. La despedida comenzó el año pasado y la gente reaccionó tan bien que nos hemos quedado sin despedirnos. Es difícil dejarlo cuando la gente todavía te sigue. He llegado a un punto de preguntarme: y ahora, ¿hasta cuándo?», revela. «Hasta que el cuerpo aguante». Lo tiene claro.
«Con los años uno se vuelve más racional, y artísticamente he llegado a un momento en el que me he dado cuenta de que tengo muchas canciones que encantan a mi público y que las quieren oír. Y lo importante es que yo me las crea. Y durante años no me las creía», destaca.
«Con la canción con la que más me identifico es ‘‘Bailemos’’, un tema que escribí yo. Me gusta mucho ‘‘Por el amor de una mujer’’ o ‘‘Si tu fueras mi mujer’’ o ‘‘Por el amor’’», confiesa.
El trap, el reguetón o el rap no le es ajeno, «lo he tenido que escuchar a la fuerza, tengo una hija de 20 años... No estábamos acostumbrados a oír estas cosas que oímos. Sin embargo, no lo descarto porque cuando yo cantaba rock y llevaba el pelo largo, en los años 60, la gente me miraba con mala cara y decía que estábamos drogados. Y no era cierto. Yo viví esa evolución y la comparo a la de ahora. Diferente música que venía a romper con lo que había entonces... Y te das cuenta de que hay público para todos», reflexiona.

Fama, éxito y dinero desde sus comienzos, un cóctel molotov para otros muchos artistas que han descubierto el lado oscuro del mundillo, cayendo en adicciones u otras espirales de autodestrucción. Sin embargo, en su caso, afirma que «la fama no me ha quitado nada. Seré un privilegiado, porque yo nunca he perdido la cabeza por el éxito. Nunca. Mi ambición siempre ha sido cantar y divertirme. Quería ser el mejor cantante, pero huía de convertirme en un ídolo de masas, siempre estaba deseando volver a mi refugio, a Mallorca», destaca.
Sobre el éxito de algunos cantantes tras su paso por programas como «Operación Triunfo», afirma que el único reproche que tuvo en su momento fue la promoción que Televisión Española hizo de determinados cantantes, «olvidándose de los que luchábamos por mantenernos».
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