Con encanto
Sotosalbos enamora de Chenoa a Javier Maroto
A la cantante la trajo su ex Alain Cornejo y al político, un directivo popular. ¿Qué tiene esta villa medieval segoviana?
Juan Ruiz, Arcipreste de Hita, en el «Libro de Buen Amor», obra capital del Mester de Clerecía, ya hablaba de la preciosa villa de Sotosablbos, un escondido pueblo en la ladera norte de la Sierra de Guadarrama, la llamada sierra pobre segoviana. Sotosalbos está situado junto al espeso bosque de Mata del Pirón y a pocos kilómetros del puerto de Malangosto, se encuentra ubicado a 22,9 km de Segovia. Limita al norte con Pelayos del Arroyo, a dos kilómetros, donde se esconde el director de cine Fernado León de Aranoa y a 15 minutos de Galindes, de apenas seis habitantes, donde tenía su refugio el ya fallecido Alberto Anaut, fundador de La Fábrica e impulsor de Photoespaña, y había convertido la aldea en un verdadero hervidero cultural los meses estivales. En estos lugares fuera de foco, las calles empedradas de Sotosalbos, su impresionante iglesia románica policromada y sus cuidadas tabernas atraen con mesura a las riadas de madrileños que optan más por localidades como Pedraza, Riaza o Sepúlveda. Sin embargo, el que llega a Sotosalbos, repite. O al menos es lo que pensó la cantante Chenoa cuando su novio de entonces, Alain Cornejo, hijo del empresario teatral Enrique Cornejo y ex de Lara Dibildos, la llevó a pasar un fin de semana a casa de un amigo a Sotosalbos.
El amor de esta pareja se quebró allá por 2014, pero no la fascinación de la cantante por la villa de poco más de cien habitantes. Tanto que Chenoa llegó a dar el pregón del evento anual de Fiestas Prime Day, de Amazon, (junto con Xuso Jones), donde se apuesta por el desarrollo rural, en esta localidad. Feliciano Isabel, alcalde de Sotosalbos y Eva Morales, responsable de Marketing de Prime, darán el pistoletazo de salida a este día de fiestas. «Para nosotros fue un honor poder celebrar con Amazon este evento tan especial en el primer pueblo de España que dio la bienvenida a Prime Day, con un día lleno de actividades que tanto los vecinos del pueblo como de la zona disfrutaron enormemente», señaló Feliciano Isabel, alcalde de Sotosalbos. Así, los habitantes y el propio alcalde de la localidad lo pasaron de lo lindo en este novedoso evento, detrás de cuya elección estaba María Laura Corradini, conocida como Chenoa. El lazo a esta relación ha sido comprarse una pequeña casita de pueblo, donde pasará temporadas, tanto ella como sus padres, también enamorados de la zona. No se trata de uno de los chalets que hay a la entrada del pueblo, sino una casa tradicional, que no llega a cien metros con un recoleto patio, de las que desembocan en la plaza de la iglesia. Una decisión ya meditada desde hace tiempo y que no está vinculada a su separación, de la que hora se cumple una año, del urólogo Miguel Sánchez Encinas, su última pareja conocida.
Más ilustres
Aunque en el pueblo habita un exdefensor del pueblo y algún que otro apellido Benjuméa, otro de los mediáticos habitantes es el político del Partido Popular Javier Maroto.Su llegada al pueblo fue más o menos convulsa. El exalcade de Vitoria se empadronó en Sotosalbos, después de las elecciones autonómicas de 2019. Allí tiene una casona con su marido. Maroto consiguió así ser designado senador portavoz por las Cortes de Castilla y León.
Cuando se puso en duda el oportunismo de su residencia, él siempre defendió el vivir en la España rural y teletrabajar, a pesar de las dificultades de tener Internet rural. «Yo de pequeño siempre había combinado vivir en la ciudad y vivir en el campo con mis padres. Cualquiera que pueda tener una vivienda en el campo y vivir en ella, sabe que es una oportunidad de respirar aire limpio, siempre y cuando estés cerca de tu lugar de trabajo. Yo vivo en Sotosalbos y mi residencia está aquí, y trabajo en el Senado, como ocurre con muchos diputados y senadores de provincias. En mi caso, además, es un lujo, porque el pueblo es maravilloso», declaró, además de subrayar que es un enamorado del cochinillo típico de la zona.
Lo cierto es que en el día a día, Sotosalbos mantiene la quietud y la calma alejada de sus habitantes más reconocidos. Para los que quieran acudir a probar sus mieles, está La Casa Vieja, un alojamiento encantador y con solera.
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