Sin vestido de novia

El «no» de Tamara Falcó al poliéster y al miriñaque

Isabel Preysler fue la que cortó el silencio en la prueba del vestido y dijo: «Así no te puedes casar».

Tamara Falcó, en Madrid
Tamara Falcó, en MadridGtres

Qué follón se ha montado. La novia compuesta y sin vestido a dos meses de su boda. Nadie entendía, yo la que más, cómo Tamara se había ido a Bilbao a este atelier, que sí, que son muy estilosas y con gusto, pero son diseñadoras, no costureras; y es que la labor de costura y patronaje requiere de mucha pericia y experiencia. Además, Tamara no puede ponerse cualquier camisón al estilo de Kate Moss en su juventud, ella necesita manos expertas que sepan destacar sus puntos fuertes y esconder los débiles.

¿Por qué las escogió? Pues porque quería apostar por el diseño español, porque había estudiado su trayectoria y proyección internacional. En la primera prueba todo fue muy bien, eran muy educadas, muy monas, la toilé perfecta de algodón y a Tamara le fascinó. Y tan feliz que se fue la marquesa. Tenía hasta un chat con las diseñadoras que se llamaba «La novia más guapa» y todo era emoción y buenas palabras.

En las siguientes pruebas, empezaron a ver que algo fallaba. No estaba armado, las telas no eran buenas. Segundo fallo. La tercera y última prueba trajo consigo el tercer y último fallo.Tamara acudió junto a su madre, la reina de corazones, Isabel Preysler; su cuñada, la siempre exquisita Amparo Corsini, marquesa de Castel-Moncayo; su hermana, Ana Boyer; la estilista Blanca Unzueta; y su buen amigo y también diseñador de moda, Juan Avellaneda. Las caras de esos invitados en la prueba al ver el tejido de poliéster solo cambiaron cuando le plantan un miriñaque al estilo de las Meninas de Velázquez.Tamara decía que necesitaba estilizar, no agrandar. Todo el mundo enmudeció y Preysler fue la que cortó el silencio diciendo: «Así no te puedes casar». Cuando es el día más importante de tu vida, una marquesa no puede ir de saldo. Ella les comentó que ya sabían lo que le gustaba, estilo del Chanel, que tanto ha dado que hablar. Ojo, esa era su idea, una inspiración, no que le hicieran el mismo. Las diseñadoras acorraladas porque no saben qué hacer contestan en forma de comunicado extenso. Craso error, intentar dejar a Tamara de mala, vía abogados, con dos fines, curarse en salud porque no sabían cómo salir de ese embolado; y número dos, conseguir más publicidad. ¿Poner lo del plagio? Es falso, como sigan así van a tener respuesta judicial contundente.

Lo siente por esas 56 firmas españolas que se han prestado a hacerle el vestido a Tami, desde pequeños diseñadores hasta nombres muy importantes. Pero al final, se ha decantado por lo que tenía que haber hecho desde el momento uno: Alta Costura, París o Nueva York. Este fin de semana decide. ¡Bonne chance, ma chérie!