Opinión

El diario de Amilibia: Y Sánchez se va a Marruecos, con un par

Él y Begoña, o Begoña y Él, se presentaron en Marrakech en plan secreto, o sea, convenientemente disfrazados de Hércules Poirot y Miss Marple

Pedro Sánchez
Pedro SánchezEUROPAPRESSEuropa Press

El chiringuito nacional se está convirtiendo en una novela de John Le Carré con sus espías, delatores y agentes dobles. Leo: «Vox revela una cita secreta con Feijóo para que no gire al centro». No sé yo para dónde va a girar, si está dando vueltas en una rotonda. Tampoco sé si verse a escondidas, como los amantes furtivos, solucionará la relación confusa entre ambas formaciones, marcadas por el «ni contigo ni sin ti tienen mis males remedio», que dice la copla. Es tiempo de citas secretas, tiempo de secretear, o sea, murmurar, bisbisear, susurrar, cuchichear, urdir, ocultar. Tiempo de encuentros clandestinos, reservados. Y si alguien canta la gallina, dirán como el marido que es sorprendido por su señora en plena faena con otra: «Querida, esto no es lo que te imaginas».

 Pedro Sánchez de vacaciones en Marruecos con su mujer Begoña y sus hijas.
Pedro Sánchez de vacaciones en Marruecos con su mujer Begoña y sus hijas.RUE20.COM

Sánchez se ha ido a Marruecos, con un par, y cuentan las malas lenguas que Él y Begoña, o Begoña y Él, se presentaron en Marrakech en plan secreto, o sea, convenientemente disfrazados de Hércules Poirot y Miss Marple, para investigar quién les mangó información secreta e íntima del móvil hace unos quince meses. Qué cosa más propia que aprovechar las vacaciones para perfeccionar su conocimiento de «Pegasus», el software espía y, de paso, demostrar el coraje que se le presupone a todo un candidato presidencial hasta para llegar al fondo de las cloacas moras. Si se presentara en Madrid con el caso resuelto, tendría ganadas las elecciones y las de 2027.

Y nos quedan las citas secretas en Waterloo: ¿quién paga el hotel, la mandanga y las cenas a la luz de las velas?