Barcelona

El PP replica a Mas que la única transición viable es superar la crisis

Fernández no descarta un pacto fiscal si comporta ingresos para Salud y Educación

La presidenta del PP, Alicia Sánchez-Camacho, presentó al candidato del PP por Barcelona en el «Fórum Europa-Tribuna Cataluña»
La presidenta del PP, Alicia Sánchez-Camacho, presentó al candidato del PP por Barcelona en el «Fórum Europa-Tribuna Cataluña»larazon

Barcelona- El comedor del Palace Hotel Barcelona se volvió a llenar ayer por la mañana de empresarios catalanes para escuchar al candidato del PP por Barcelona, sabedores de que Jorge Fernández tiene muchos puntos para convertirse en ministro del Gobierno que jubile a José Luis Rodríguez Zapatero. Fernández, invitado de honor del «Fórum Europa, Tribuna Cataluña», trenzó con prudencia su conferencia, tal y como hizo Mariano Rajoy un mes atrás en el mismo escenario, para agradar a un auditorio heterogéneo ideológicamente.

Se centró en la economía y evitó adentrarse en terreno pantanoso ahora que las encuestas otorgan al PP un resultado récord en Cataluña –el sondeo de LA RAZÓN le da 13 diputados–.

Con la seguridad que le da creer que los catalanes confían en el PP para superar la crisis económica, Fernández leyó la cartilla a CiU por perder en tiempo en debates identitarios, en vez de esforzarse en crear empleo. Replicó a Artur Mas que la única transición necesaria es hacia la recuperación económica.

Un día después de que el presidente de la Generalitat aprovechara la visita del primer ministro del Québec para reivindicar un pacto fiscal como el de la región canadiense, Fernández le instó a aparcar su transición nacional. Para convencerle, alegó que «lo que es vital es salir de la crisis, no salir de España». Y tal y como ha venido haciendo desde que fue nombrado candidato recitó las razones por las que el PP es el partido más capacitado para sacar a España de la crisis.

Razones para votar al PP
Para empezar, expuso que los españoles necesitan un cambio de siglas, personas, pero también de prioridades. Y para demostrar que el equipo de Zapatero se ha equivocado de prioridades, recordó que el Plan E supuso un gasto de 13.000 millones de euros para mejorar aceras, mientras que con la decisión de congelar las pensiones se ahorraron 1,5 millones de euros.

Admitió que será difícil, pero no «una misión imposible» y como muestra puso la «gesta» de José María Aznar que llegó al Gobierno en 1996, con una tasa de paro del 22 por ciento, y se fue en 2004, con un 11 por ciento.

Igual que Rajoy, citó a grandes rasgos la fórmula que ha pensado el PP para superar la crisis. Sólo dijo que tirarán adelante una reforma laboral, una reforma educativa y crearán el clima de confianza entre los empresarios para fomentar la creación de empleo. Incidió en que Rajoy gobernará con la mano tendida hacia Cataluña y para demostrarlo evitó dar un «no» rotundo al pacto fiscal que, además de CiU, reivindican las patronales catalanas, incluida Fomento del Trabajo que dirigió Juan Rosell, actual presidente de la CEOE.

Eso sí, puso como condición para negociar un nuevo sistema de financiación para Cataluña salir de la crisis, porque ahora no hay ingresos y lo único que se puede repartir es miseria.

Limitar la solidaridad
Fernández no rechazó un nuevo acuerdo económico que comporte más ingresos para financiar la salud y la enseñanza pública en Cataluña. Sin embargo, antes de sumergirse en una nueva negociación abogó por introducir mejoras cuando toque revisar el actual modelo de financiación en 2013.

Apostó por poner límites a la solidaridad para que no ponga en riesgo el crecimiento económico de Cataluña ni su competitividad y para que los recursos que vayan a parar a otras comunidades autónomas tengan una vocación finalista y se destinen a financiar servicios públicos como por ejemplo la sanidad y la educación en las regiones con menos capacidad fiscal.


Sí, es la economía
Jorge Fernández, que Alicia Sánchez-Camacho definió como «un hombre con valores sólidos, que cree en la familia, la vida y no viene a hablar de transición nacional», sedujo ayer a la flor y nata de los empresarios catalanes hablando de economía. Obvió asuntos espinosos como el conflicto de la inmersión lingüística, consciente de que la crisis es el problemas que más preocupa. Sólo en el turno de preguntas, habló de otros temas como del fin de los toros en Cataluña. Aunque no le gusten los toros, rechazó la estocada a la Fiesta Nacional.