Francia

Cooperantes insolidarios por Martín Prieto

La Razón
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Decía Federico Engels que estaba dispuesto a morir por la clase obrera pero jamás a vivir con ella. En este cinismo caen algunos cooperantes españoles que por vacaciones o desempleo hacen turismo solidario (y en muchos casos remunerado) en el Sahel atlántico convertido por Al Qaeda en la cueva de los cuarenta ladrones. Rusia, EEUU, el Reino Unido y Francia no negocian con los secuestradores ni tampoco pagan rescates. París va más allá, con mala fortuna, porque envía comandos a la zona que acaban con los captores y también con los capturados. Cuando «Médicos Sin Fronteras» fue tildada de «Médicos Sin Escrúpulos» escribí en su defensa que las ONG albergaban a los rojos del siglo XXI, dicho sea en su honor y su altruismo. Hacían buena la tesis de Willy Brandt que quien no es revolucionario a los veinte es que no tiene corazón y el que no es conservador a los cuarenta años es que no tiene cabeza. El Gobierno ha hecho un gran esfuerzo para repatriar a españoles de unos desiertos de nadie, y a un par de ellos, al menos los hemos comprado. Y nos quedan dos chicas en Somalia que tampoco es un Estado. Como aquel catalán que pedía indemnización estatal como víctima de terrorismo, los cooperantes salvados de sus peligros ni dan las gracias, descalifican al Ministerio de Exteriores, se vuelven a sus arenas y sus jaimas y no cuentan el dinero que han costado ni las vidas puestas al tablero de diplomáticos, aviadores y agentes del Centro Nacional de Inteligencia. Las ONG hacen músculo civil pero las hay que son un ganapán, la cola del INEM, un lavado de conciencia y son más gubernamentales que Hacienda porque utilizan o dilapidan dinero público, porque a ver quién les hace una auditoría en Burkina Fasso o en Tombuctú. Que regresen pero que previamente firmen un documento exonerando a España de todo compromiso con sus aventuras. En nuestro país sobran ocasiones para ser solidarios sin que el Papá-Estado tenga que hacer de Don Tancredo.