Angela Merkel

El último curso político de Merkel

El año más complicado de su mandato. La canciller alemana vuelve de vacaciones en pleno rebrote de coronavirus, «el mayor reto desde la Segunda Guerra Mundial», y aún sin un claro sucesor

German government cabinet meeting at the chancellery in Berlin
La canciller Angela Merkel se reincorporó al trabajo el miércoles, después de haberse tomado unos días de descansoFELIPE TRUEBA / POOLEFE

La canciller alemana Angela Merkel volvía al trabajo el miércoles para comenzar el último periodo de la que será su última legislatura después de pasar por primera vez las vacaciones en su país, ya que normalmente viaja a Austria o Italia, y este año decidió quedarse debido a la pandemia. Merkel vuelve a la cancillería en unos días en los que el aumento de contagios ha sido calificado por su ministro de Sanidad como «muy preocupante», sin embargo, en lugar de tomar las riendas y realizar algún comunicado, la canciller se ha limitado a dirigir el gabinete y a viajar a Francia, donde ha visitado a Emmanuel Macron en su residencia de verano.

Desde hace meses se especula en torno a la salud de la canciller, después de que tuviera varios episodios de temblores durante visitas oficiales. Además su intento inicial de coordinar las medidas contra la pandemia desde Berlín fue abortado después de que los ministros-presidente se opusieran, de modo que en cada estado se van tomando las medidas que a cada uno de ellos les va pareciendo convenientes.

La sucesión de Merkel después de lo que serán 16 años en el poder anda lejos de estar garantizada en su partido, la Unión Demócrata Cristiana de Alemania (CDU). Después de que su favorita, la ministra de Defensa y presidenta del partido desde diciembre de 2018 anunciase en febrero que no se presentará como candidata a la cancillería, la formación aún no ha estado en condiciones de encontrar a un sucesor adecuado. Una cuestión especialmente importante en la CDU, un partido en el que no se llevan a cabo primarias abiertas. Los posibles candidatos, por otro lado, no terminan de convencer al electorado conservador.

Uno de ellos es el ministro de Sanidad, Jens Spahn, que aparecía como el político favorito de los alemanes después de Merkel en la encuesta de la televisión pública ARD a principios de agosto. Un 60% se mostraba satisfecho con su trabajo.

Spahn ha estado al frente de la comunicación durante la pandemia junto a los expertos no solo porque su ministerio era el responsable, sino en parte por el desgaste de la canciller. Spahn, de 40 años, es joven y está casado con un hombre, dos cualidades que no molestan a la población alemana pero que dentro del partido conservador sería un novum como candidato a canciller.

Otro candidato es el ministro-presidente de Renania del Norte-Westfalia, Armin Laschet, pero su trabajo de gestión durante la pandemia ha quedado en entredicho y con ello su popularidad. Del otro candidato, el conservador-liberal Friedrich Merz, vicepresidente del Consejo Económico de la CDU se habla poco y mal, ya que en las encuestas de popularidad va a la cola. Sin embargo, sigue teniendo su grupo de fans entre los delegados del partido que eligirán al candidato masculino, ya que hasta ahora no hay candidata.

Es posible que hubiese un nuevo candidato: el ministro-presidente de Baviera, Markus Söder, del partido hermano de la CDU en dicho estado, la Unión Social Cristiana de Baviera (CSU) aparecía en algunas encuestas como favorito. Aunque había asegurado no querer presentarse a dicho puesto dentro de la coalición electoral que ambos partidos forman desde hace décadas.

Söder se ha presentado como el gestor de la crisis del coronavirus que ha aplicado medidas más estrictas para contener al virus, en parte también porque su región se ha visto más afectada por la pandemia. Sin embargo, esta misma semana tenía lugar un escándalo que podría apartarle de una posible carrera en Berlín después de que se supiera que alrededor de 900 personas que habían dado positivo en los tests que desde el primero de agosto se realizan en la frontera y en aeropuertos y estaciones no hubieran sido comunicados a los infectados.

Mientras, el Partido Socialdemócrata de Alemania (SPD) ya ha presentado su candidato para las elecciones del próximo año, el antiguo senador de Interior de Hamburgo y actual vicecanciller y ministro de Finanzas Olaf Scholz, muy presente en los medios. Está por ver si su candidatura ayudará a un partido a quien las encuestas pronostican una catástrofe mayor que la de las últimas elecciones. La Alianza 90/Los Verdes (B90/GRÜNE) sigue doblando resultados en las encuestas electorales aunque en su caso la búsqueda de candidato también se está mostrando complicada.

El 4 y 5 de diciembre se decidirá la nueva presidencia de la CDU después de que el congreso del partido, planeado para el abril fuera pospuesto debido a la covid-19, y a principios de 2021 se presentará el candidato a canciller. El último curso de la canciller estará por tanto plagado de incógnitas en cuanto a la situación en que Angela Merkel deja la dirección de su partido, la cancillería y su propio país en medio de las consecuencias de la pandemia de la covid-19, que han llevado a un endeudamiento nunca visto en la república alemana.