Guerra

“21 rosas” y “barril”, las salvajes torturas con alambres de púas a civiles en la guerra de Ucrania

Un soldado ruso relata a su madre cómo arrancó la piel de inocentes y confiesa no sentir nada de arrepentimiento

El cuerpo de una persona muerta y enterrada en una fosa común en la ciudad ucraniana de Bucha
El cuerpo de una persona muerta y enterrada en una fosa común en la ciudad ucraniana de BuchaDPA vía Europa PressDPA vía Europa Press

La invasión de Ucrania ha puesto de manifiesto la crueldad de la guerra y los crímenes de los soldados rusos contra las tropas ucranianas y contra los civiles. Una fuente de información sobre la visión que muchos rusos tiene de sus vecinos ucranianos son las llamadas de soldados a sus familiares interceptadas por la inteligencia militar de Ucrania. Gracias a estos registros de voz, que en muchos casos se realizan con móviles regulares, Kiev ha descubierto operaciones militares y obtenido pruebas sobre crímenes contra la población.

Una de esas conversaciones interceptadas ha llamado la atención por su extremada crueldad. Se trata de la conversación que el soldado Konstantin Solovyov, del 11º Cuerpo del Ejército de Rusia, con su madre Tatiana Solovyona. En ella el hijo, destacado en el frente de Jarkov, en el este de Ucrania, le cuenta a su progenitora algunos de los métodos usados para torturar a civiles ucranianos. Uno de esos método es el llamado “21 rosas”, que consiste en el despellejamiento de la piel de los dedos de las manos, de los pies y del pene. También habla el soldado del llamado método del “barril”, otra forma de tortura que consiste en la introducción de un alambre de púas en el recto de la víctima.

Durante la llamada, interceptada y publicada por la Dirección Principal de Inteligencia del Ministerio de Defensa de Ucrania, el soldado Konstantin admite incluso haber matado a un anciano a golpes por hacer fotos de las tropas rusas y revela que mantuvo una conversación con un prisionero convaleciente al que había roto las piernas para evitar que huyera. Preguntado por su madre si le gusta torturar a los ucranianos, el uniformado ruso admite que es algo con lo que disfruta: “Me gusta. Si estuvieras aquí también lo disfrutarías, somos iguales”, le espeta a su madre. Solovyov dice no sentir “nada de arrepentimiento”. “Ya ni siquiera siento remordimiento. Después de más de 20 [asesinatos], dejé de sentir algo”.

 

El diario Daily Mail asegura que el Ministerio de Defensa de Ucrania publicó un enlace a los perfiles de redes sociales de la madre y del hijo junto con el audio sin editar de la llamada; actualmente, los perfiles se han eliminados.

Durante la guerra, las autoridades de Ucrania han desvelado decenas de crímenes contra civiles. Liudmila Denisova, defensora de los Derechos Humanos enUcrania, ha contado experiencias terribles, como la violación en las ciudades deBucha e Irpin de una niña de 14 años a manos de cinco hombres. Ahora está embarazada. Denisova también relató el caso de un niño de 11 años violado delante de su madre, que fue atada a una silla para que ella pudiera ver el abuso.