Guerra
Los aliados se comprometen a blindar el cielo de Ucrania
Los ministros de Defensa de la OTAN debaten en Bruselas cómo reforzar los sistemas antiaéreos tras la llegada de los primeros IRIS-T alemanes
A falta de avances en tierra, las tropas de Vladimir Putin han decidido intensificar los ataques a través del cielo. Por eso, los ministros de Defensa de la Alianza reunidos en Bruselas están debatiendo cómo aumentar el apoyo a Ucrania través de material antiaéreo, después de los ataques indiscriminados a civiles de los últimos días. Justo este martes, Alemania entregó el primero de los cuatro sistemas de defensa antiaérea Iris comprometidos, tras algunos retrasos. Estos proyectiles antiaéreos pueden alcanzar una altura de 20 kilómetros y una distancia de 40, lo que les hace más eficaces que los Stinger suministrados también por Berlín. Según el canciller Olaf Scholz, una sola unidad puede proteger de ataques aéreos a una ciudad entera.
Aunque el secretario general de la Alianza, Jens Stoltenberg, se felicitó por esta entrega que se esperaba desde antes del verano, también advirtió este miércoles de que este esfuerzo no es suficiente. «Los aliados han proporcionado defensa aérea, pero necesitamos aún más. Necesitamos diferentes tipos de defensa aérea: de corto alcance, de largo alcance, sistemas de defensa aérea para llevar misiles balísticos, misiles de crucero, drones, diferentes sistemas para diferentes tareas», explicó el político noruego. Se trata de variedad y de cantidad ya que, tal y como recordó el secretario general de la organización militar, «Ucrania es un país grande, con varias ciudades y necesitamos intensificar para ayudar a Ucrania a defender más ciudades y más territorio frente a los ataques horribles de Rusia que está sufriendo su población civil».
La tarea parece cada vez más hercúlea debido a la sofisticación del armamento empleado por las tropas de Putin. En los últimos días Ucrania ha denunciado que Moscú está empleando drones Shahed, capaces de repeler los sistemas antiaéreos, diseñados por Irán y que han sido lanzados desde Bielorrusia, país aliado del Kremlin, y Crimea, la península ocupada desde 2014. También EE UU ha llegado a esta reunión con el ánimo de mostrar a Ucrania que, en estos delicados momentos, los aliados no les dejarán sola y que este auxilio se mantendrá incólume por mucho que la contienda se alargue. Hace dos semanas, Washington anunció el envío de 18 equipos de lanzamisiles HIMARS adicionales acompañados de munición, aparte de vehículos y radares, y la última semana el presidente de EE UU, Joe Biden aseguró el envío de apoyo adicional a través de más lanzamisiles y obuses remolcados M777.
«Las fuerzas ucranianas han cambiado la dinámica de esta guerra», aseguró el secretario de Defensa estadounidense, Lloyd Austin, antes del encuentro del Grupo de Contacto de Defensa de Ucrania, que aglutina a 50 países, bajo el liderazgo de su país. «Estas victorias pertenecen a los soldados ucranianos, pero la asistencia de seguridad, entrenamiento y los esfuerzos continuados han sido vitales», declaró antes de mostrar que este apoyo continuará «en todas las estaciones del año».
El encuentro de los ministros de Defensa de la Alianza continuará durante este jueves. Los aliados reconocen que el apoyo prestado a Ucrania está vaciando sus arsenales y que, por eso, es necesario coordinar la inversión para preparar a la industria armamentística a aumentar la producción. El propósito reside en evitar duplicidades y aumentar la interoperabilidad de los equipos para conseguir gastar de manera inteligente cuando la guerra se enfrenta a una de sus fases más peligrosas. «Debemos abordar cómo reponer esas existencias, revisar nuestras pautas y abordarlo con la industria para que podamos producir más armas, más municiones, más capacidades que necesitamos, tanto para garantizar nuestra propia disuasión y defensa, como para continuar brindando apoyo a Ucrania”, ha asegurado Stoltenberg
A pesar de que la OTAN teme nuevos ataques a civiles y a infraestructuras energéticas clave, precisamente cuándo se acerca el invierno, la Alianza cree que estas acciones responden a la desesperación de Vladimir Putin ante las últimas derrotas en el campo de batalla y el ataque al puente de Crimea.
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