Oriente Próximo

Israel no restringirá el acceso a la mezquita de Al Aqsa durante el Ramadán

Biden advierte de que, sin acuerdo entre Hamás e Israel, la situación se volverá «muy peligrosa» antes del mes sagrado musulmán

El Gobierno israelí ha confirmado este martes que no aplicará restricciones especiales a los árabes israelíes de fe musulmana para acceder a la mezquita de Al Aqsa durante el mes sagrado del Ramadán, que comienza entre el 10 y 11 de marzo, en medio de un repunte de violencia en el marco del conflicto palestino-israelí.

«En la primera semana de Ramadán, a los fieles se les permitirá ingresar al Monte del Templo en cantidades similares a las de años anteriores. Cada semana se realizará una evaluación de seguridad y se tomarán decisiones en consecuencia», indicó un comunicado de la Oficina del Primer Ministro israelí, Benjamin Netanyahu. «Haremos todo lo posible para salvaguardar la libertad de culto», comentó antes de tomar la decisión durante una reunión con altos funcionarios de Defensa y el ministro de Seguridad Nacional, el extremista antiárabe Itamar Ben Gvir.

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, había advertido horas antes que, si Israel y Hamás no alcanzaban un acuerdo antes del inicio del Ramadán, la situación podría volverse «muy peligrosa». «Si seguimos en estas circunstancias hasta el Ramadán, Israel y Jerusalén, podría volverse muy peligroso. Así que estamos haciendo un gran esfuerzo para lograr un alto el fuego», afirmó Biden en declaraciones a la prensa antes de montarse en el avión Air Force One para volver a la Casa Blanca tras pasar unos días en Camp David.

Estados Unidos, Catar y Egipto, mediadores entre Hamás e Israel, esperaban llegar a un acuerdo antes del inicio de ese mes sagrado, en el que suelen intensificarse las tensiones entre israelíes y palestinos por el acceso a la ciudad vieja de Jerusalén. Por eso, Ben Gvir escribió en redes sociales que las «celebraciones de Hamás en el Monte del Templo» no son la «victoria total» que Israel prometió en su guerra contra el grupo islamista. Conocido por su retórica racista, el ministro de Seguridad Nacional criticó duramente la decisión de Netanyahu al estimar que «pone en peligro a los ciudadanos de Israel».

«La decisión de permitir en Ramadán un acceso al Monte del Templo similar al de años anteriores muestra que Netanyahu y el limitado gabinete [de guerra] piensan que no pasó nada el 7 de octubre», dijo a la Radio del Ejército. En una posición contraria, el ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant; el jefe del Estado Mayor, Herzi Halevi, y el director de la agencia de seguridad Shin Bet, Ronen Bar, han abogado por una máxima libertad de acceso a la mezquita para los árabes israelíes de fe musulmana durante el Ramadán, en un esfuerzo por rebajar las tensiones y evitar posibles ataques.

Hamás llamó a mediados de enero a los palestinos de Jerusalén Este y Cisjordania ocupados a revelarse ante cualquier «medida criminal» que prohíba la entrada en la mezquita de Al Aqsa. Cada año, durante el Ramadán, cientos de miles de musulmanes llegan a la Explanada de las Mezquitas, que tiene capacidad para unas 400.000 personas, aunque la asistencia diaria suele ser mucho menor. Si bien en momentos de alta tensión Israel ha impuesto restricciones de acceso a los musulmanes palestinos que habitan en Cisjordania ocupada, se ha abstenido de imponer esas reglas a la minoría musulmana del país.

Los israelíes judíos llaman Monte del Templo a lo que los musulmanes consideran la Explanada de las Mezquitas, donde se sitúa la mezquita de Al Aqsa, en la Ciudad Vieja de Jerusalén Este. Se trata del lugar más sagrado para el judaísmo y del tercer lugar más sagrado para el islam, que se ha convertido en un sitio emblemático del conflicto palestino-israelí. Israel se hizo con el control de Cisjordania y Jerusalén Este tras la Guerra de los Seis Días de 1967, y desde entonces mantiene una ocupación militar y colonización sobre este territorio palestino, que vive desde comienzos de 2023 su mayor escalada de violencia desde hace dos décadas.